El informe del Observatorio Vasco de la Vivienda destaca un notable avance en la construcción y adjudicación de viviendas protegidas en Euskadi durante 2024, con cifras que duplican los registros del año anterior y un crecimiento en el mercado inmobiliario general que refleja una economía sólida en la región.

El pasado año 2024 ha sido un período crucial para el mercado de la vivienda en Euskadi, según revela el informe más reciente publicado por el Observatorio Vasco de la Vivienda.

Este informe, que analiza diversos indicadores del sector, señala un crecimiento destacado en la producción y adjudicación de viviendas protegidas, así como en la actividad constructora y de compraventas en la región.

Durante 2024, Euskadi inició la construcción de más de 5.400 nuevas viviendas, lo que representa un incremento del 12,4% respecto al año anterior. Entre ellas, se destacaron las 2.005 viviendas de protección pública, apuntando a una política de impulso para facilitar el acceso a una vivienda digna y asequible. Este tipo de viviendas no solo aumentó en número, sino que también representó en porcentaje aproximadamente el 42% del total de residencias finalizadas en la comunidad autónoma, consolidando la relevancia del sector público y concertado en el mercado residencial vasco.

Uno de los aspectos más resaltantes del informe es el incremento en la cantidad de viviendas protegidas en alquiler adjudicadas, que alcanzaron las 1.075 unidades. Esto supone un crecimiento del 193,7% respecto a 2023, más que triplicando las cifras del ejercicio anterior y superando incluso la suma de las adjudicaciones realizadas entre 2020 y 2023.

Este aumento refleja el compromiso de las autoridades de Euskadi de ampliar el acceso a viviendas asequibles en un contexto de alta demanda.

La demanda por parte de los ciudadanos sigue siendo elevada, con un total de 76.571 personas inscritas en el sistema de alquiler social Etxebide, cifra que ha crecido un 20% en comparación con 2023 y registra un récord histórico en la región.

Estos datos subrayan la necesidad de mantener el impulso en las políticas públicas destinadas a promover el acceso a viviendas protegidas.

Desde un punto de vista macroeconómico, la economía vasca mantuvo un comportamiento robusto durante 2024. El Producto Interno Bruto (PIB) creció un 2,2%, muy por encima del promedio de la Unión Europea en ese período, y la tasa de desempleo descendió hasta el 7,4%.

La cifra de personas ocupadas alcanzó casi las 993.000, además de registrarse un incremento en la contribución del sector construcción al PIB, que se situó en el 4,9%, evidenciando un sector en reactivación aún frente a los retos de los costos de construcción.

En cuanto al mercado de compraventa, en 2024 se contabilizaron unas 1.395 transacciones de viviendas protegidas, lo que representa un aumento del 56,7% en comparación con el año previo. Por otra parte, la vivienda usada mantenía su dinamismo, con 22.451 operaciones, experimentando un crecimiento del 22,1%. La vivienda nueva, por su parte, sufrió una ligera caída del 4,4%, con 2.606 operaciones registradas.

La actividad hipotecaria también reflejó un panorama positivo: en el año se formalizaron 21.006 hipotecas por un valor conjunto de aproximadamente 530 millones de euros, que equivalen a unos 495 millones de euros, con un importe medio de cerca de 15.000 euros por operación, manteniéndose estable. La ratio de hipotecas con riesgo elevado se redujo al 2,5%, signo de la buena salud del sistema financiero y de la solvencia de los hogares.

En términos de precios, estos continuaron en una tendencia alcista, aunque con diferentes velocidades según las distintas métricas. El Instituto Nacional de Estadística (INE) reportó un incremento interanual del 8,5%. Simultáneamente, las tasaciones oficiales del Ministerio de Vivienda indicaron aumentos más moderados: un 2,4% en viviendas nuevas, con un precio medio de aproximadamente 2.680 euros por metro cuadrado, y un 2,2% en viviendas usadas, con un precio medio de alrededor de 2.390 euros por metro cuadrado.

En conjunto, los datos presentados por el Observatorio Vasco de la Vivienda ratifican que 2024 fue un año de consolidación para la vivienda protegida en Euskadi.

La creciente demanda, el fortalecimiento de la oferta pública y concertada, y el respaldo de una economía sólida, permiten prever un mercado residencial más equilibrado, accesible y resistente ante los desafíos futuros.

Este escenario se enmarca en una estrategia de largo plazo que busca mejorar la calidad de vida de los ciudadanos vascos, promoviendo viviendas de calidad a precios razonables y contribuyendo a la cohesión social en la región.

La política de vivienda en Euskadi continúa siendo un ejemplo de cómo la acción pública puede impulsar un desarrollo sustentable y socialmente responsable en el sector inmobiliario.