Con motivo del XXV aniversario de su fallecimiento, se realiza un acto en Vitoria-Gasteiz para recordar a Máximo Casado, funcionario de prisión asesinado por ETA, en presencia de autoridades y familiares.
En la ciudad de Vitoria-Gasteiz, se llevó a cabo un acto conmemorativo en honor a Máximo Casado Carrera, funcionario del centro penitenciario de Nanclares de la Oca, en el XXV aniversario de su trágico fallecimiento.
La ceremonia, organizada por el Ayuntamiento y con la asistencia de diversas autoridades, se centró en recordar el sacrificio de quien fue víctima de la violencia de ETA hace 25 años.
El evento contó con la presencia de la consejera de Justicia y Derechos Humanos del País Vasco, María Jesús San José, quien participó en el descubrimiento de una placa conmemorativa colocada en el monolito destinado a honrar la memoria de Casado.
La placa reemplazó a otra que, debido al paso del tiempo, había sido borrada, pero mantiene la misma leyenda: “En memoria de Máximo Casado que dio su vida por la libertad”.
Además de la consejera, asistieron a la ceremonia representantes del Departamento de Justicia y Derechos Humanos, como Alfonso Gómez, viceconsejero de Justicia; José María Bastos, director de Justicia; y Benito Aguirre, responsable del Servicio de Análisis e Inspección Penitenciaria.
También participaron otras autoridades locales y regionales, entre ellas Maider Etxebarria, alcaldesa de Vitoria, y José Luis Núñez, presidente de la Audiencia Provincial de Álava.
La subdelegada del Gobierno en la provincia, Mar Dabań, también estuvo presente.
El acto comenzó con un minuto de silencio en memoria del funcionario, que murió cuando una bomba lapa fue colocada en la parte inferior de su vehículo por un comando de ETA, la organización terrorista que durante décadas azotó el País Vasco y otras regiones de España.
La explosión ocurrió justo en el momento en que Casado se disponía a acudir a su trabajo en la prisión, en un terrible acto de violencia que se cobró su vida en 1998.
Es importante contextualizar este evento dentro de un largo proceso de memoria y reconocimiento a las víctimas del terrorismo en España. Desde los años 80, diferentes instituciones y organizaciones han trabajado para mantener viva la memoria de quienes sufrieron ataques y persecuciones por motivos políticos y ideológicos.
La conmemoración en Vitoria-Gasteiz es solo una de muchas acciones que buscan honrar a las víctimas y promover la convivencia y la justicia.
El compromiso del Gobierno Vasco y del Departamento de Justicia y Derechos Humanos con la memoria histórica se ha materializado en diversas iniciativas, como la creación de memoriales, programas educativos y campañas de sensibilización.
En 2020, el País Vasco destinó más de 500.000 euros a proyectos destinados a la reparación y la memoria de las víctimas, un esfuerzo que refleja la importancia de reconocer el sufrimiento y promover la reparación moral.
Por otro lado, la historia de ETA y su violencia ha dejado heridas profundas en la sociedad española. La organización independentista armada, activa desde 1964, fue responsable de más de 800 asesinatos y numerosos ataques durante sus décadas de actividad.
La derrota de ETA en 2018 y su posterior proceso de desarme y disolución representan un paso decisivo hacia la paz y la reconciliación en la región.
El acto en homenaje a Máximo Casado no solo recuerda la pérdida personal y familiar, sino que también reafirma el compromiso de la sociedad y sus instituciones con la memoria, la justicia y la reparación.
Reconocer a las víctimas y condenar la violencia son pasos esenciales para construir una convivencia basada en el respeto a los derechos humanos y la protección del Estado de Derecho.