La Ertzaintza intensificará los controles de alcoholemia y drogas en Euskadi durante el verano, con sanciones económicas que pueden alcanzar los 1.200 euros y la retirada de hasta 6 puntos en el permiso de conducir, con el objetivo de incrementar la seguridad vial y prevenir accidentes graves.
En el País Vasco, cualquier persona que sea detectada conduciendo con niveles de alcohol en sangre superiores a los límites establecidos por la ley, se enfrenta a sanciones económicas y a la pérdida de puntos en su permiso de conducir.
La normativa vigente considera como infracción muy grave el dar positivo en una prueba de alcoholemia, sancionada con multas que oscilan entre aproximadamente 750 y 1.500 euros (equivalentes en euros a los 500-1.000 euros en otras monedas), además de retirar entre 4 y 6 puntos del permiso.
La Ertzaintza, en coordinación con las policías locales, ha anunciado un refuerzo en los controles durante los próximos meses de verano, con el fin de reducir los riesgos asociados a la consumo de alcohol y drogas en la conducción.
Estos controles preventivos se realizarán en periodos específicos: la semana del 16 al 22 de junio, del 14 al 20 de julio, y en varios fines de semana en agosto, concretamente del 1 al 3, del 15 al 17 y del 22 al 24.
Estos esfuerzos se enmarcan en el plan anual de 32 campañas de vigilancia y control de tráfico, con el objetivo de prevenir comportamientos peligrosos y disminuir la incidencia de accidentes graves en las carreteras vascas.
La legislación de seguridad vial en Euskadi, basada en la Ley de Seguridad Vial y el Reglamento General de Circulación, obliga a los conductores a someterse a los controles autorizados, y evita su negativa con una multa de aproximadamente 1.200 euros (equivalente a los 1.000 euros en otras monedas).
El control de alcoholemia consiste en dos pruebas de aire espirado, que deben realizarse con al menos 10 minutos de diferencia. Tras aplicar los márgenes de error reglamentarios, si el resultado indica niveles inferiores a 0,25 miligramos de alcohol por litro de aire (0,15 para conductores profesionales o con menos de 2 años de antigüedad en su licencia), la conducción puede continuar normalmente.
Sin embargo, si los niveles superan dicho umbral, se considera infracción administrativa o delito, dependiendo de la cantidad detectada.
Una prueba con resultados entre 0,25 y 0,60 miligramos por litro de aire se sanciona con multas de aproximadamente 750 euros y la retirada de 4 puntos.
Cuando la cantidad supera los 0,60 miligramos, la situación cambia y se trata como delito contra la seguridad vial, con sanciones que pueden llegar a los 1.500 euros y la pérdida de hasta 6 puntos del permiso. Además, si los agentes observan signos evidentes de ingesta de alcohol que puedan afectar la conducción, pueden imputar un delito sin necesidad de realizar la prueba.
En caso de dar positivo, los conductores tienen la opción de repetir la prueba mediante un análisis sanguíneo, solicitado por la persona afectada o por orden judicial, para confirmar los niveles de alcohol en su organismo.
Negarse a realizar la prueba o que el resultado sea positivo también implica la inmovilización del vehículo, salvo que otra persona pueda llevárselo tras realizar la prueba y que esta dé negativo.
Por otra parte, el control de drogas también se realiza mediante toma de muestras de saliva, que, si da positivo, se confirma en un análisis posterior en laboratorio.
La detección positiva en estos casos también se considera una infracción muy grave, con sanciones similares a las por alcohol: multas de aproximadamente 1.200 euros y la retirada de hasta 6 puntos del permiso.
Estas acciones preventivas forman parte de un esfuerzo continuo para mejorar la seguridad vial en Euskadi, especialmente durante los meses en los que las estadísticas de accidentes tienden a incrementarse debido a mayor afluencia de vehículos en las carreteras, reforzando el compromiso de las autoridades por reducir los siniestros relacionados con el consumo de sustancias.
La duración y el alcance de estos controles buscan sancionar a quienes incumplen las normativas y promover comportamientos responsables entre los conductores, con la esperanza de salvar vidas y reducir la mortalidad en las vías vascas.