Osakidetza presenta avances significativos en el cribado del cáncer de cérvix, destacando la importancia de la detección temprana y la vacunación contra el VPH.

El 26 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cérvix, y en este contexto, Euskadi ha destacado por su innovador programa de cribado a través de Osakidetza, que busca incrementar la supervivencia de las mujeres mediante la detección temprana de lesiones precoces.

Este programa comenzó en 2018, y a lo largo de estos años, se han realizado invitaciones directas a 600.000 mujeres de entre 25 y 65 años, con una notable tasa de aceptación del 60% en el último año.

Este sistema de cribado ha permitido diagnosticar 585 tumores malignos hasta la fecha, y lo más impresionante es que el 70% de estos casos fueron detectados en estadios iniciales.

Esto ha resultado en una drástica reducción de la mortalidad, que se sitúa en un 2,94% frente al 36,23% de aquellos diagnosticados por síntomas o hallazgos casuales.

La clave del éxito radica en la capacidad del programa para identificar a las personas con mayor riesgo y asegurar un seguimiento adecuado.

La prevención del cáncer de cérvix no solo depende de estas pruebas de detección, sino también de la vacunación contra el Virus del Papiloma Humano (VPH).

La Propagación del VPH es la principal causante de este tipo de cáncer, y en Euskadi, se ha alcanzado una cobertura de vacunación superior al 92% entre los jóvenes.

La vacuna se administra a los 12 años, integrándose efectivamente en el calendario de inmunización infantil. Este enfoque completo ha llevado a las autoridades sanitarias a optimizar la estrategia global de prevención del cáncer de cérvix, siguiendo las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el objetivo de alcanzar una incidencia de solo cuatro nuevos casos por cada 100.000 mujeres.

Con el avance en la tecnología y conocimiento sobre el VPH, Osakidetza ha implementado pruebas más sofisticadas, lo que incluye el uso de test de detección de VPH de alto riesgo como método de cribado.

En estos momentos, se está trabajando en un nuevo Plan Oncológico Integral 2030 que, entre otros objetivos, busca mejorar la participación en los programas de cribado y fomentar la autotoma de muestras en el futuro.

El alcance del Programa de Cribado de Cérvix en Euskadi es notable, convirtiéndose en un referente a nivel estatal. Durante un reciente foro en el Congreso de los Diputados en Madrid, el consejero de Salud, Alberto Martínez, subrayó la importancia de la participación cívica, planteando el objetivo de alcanzar un 80% de participación en los próximos años.

Las iniciativas están destinadas a establecer procesos claros y eficaces de seguimiento para los casos positivos, y se ha destacado la labor fundamental de las matronas en este proceso.

La rápida evolución y éxito de estos programas de prevención y diagnóstico han puesto en relieve la necesidad de concienciar a la población sobre la importancia de la salud sexual y los recursos disponibles.

Historicamente, el cáncer de cérvix ha tenido un impacto significativo en la salud de las mujeres; sin embargo, gracias a estas iniciativas, se vislumbra un futuro donde la detección temprana y la vacunación puedan erradicar este tipo de patología, parcheando heridas que durante décadas fueron objeto de preocupación para la sociedad.