El Centro Vasco de Inteligencia Artificial presenta el segundo diagnóstico sobre el desarrollo de la IA en Euskadi, destacando un crecimiento del 20% en profesionales especializados y un aumento del 42% en adopción tecnológica en un año. La región avanza en innovación, infraestructura y explotación de datos, consolidando su posición en el escenario digital europeo.

En el contexto de la evolución tecnológica europea, Euskadi se posiciona como uno de los territorios más activos en el impulso de la Inteligencia Artificial (IA).

El Centro Vasco de Inteligencia Artificial (BAIC) ha presentado recientemente su segundo diagnóstico estratégico, un informe que evalúa los avances, desafíos y proyecciones en el ámbito de la IA en la región.

Este documento refleja un crecimiento notable en la adopción y desarrollo de la tecnología y contempla diversos aspectos que evidencian la consolidación de Euskadi como un referente en transformación digital en el norte de España y Europa.

El informe revela que el número de profesionales especializados en Inteligencia Artificial en Euskadi ha aumentado más del 20% en el último año, alcanzando aproximadamente 11,500 expertos en la materia.

Además, se ha registrado un incremento en la adopción de IA por parte de las organizaciones, que ha pasado del 12,2% en 2023 a un 17,4% en 2024, lo que representa un crecimiento del 42% en solo un año.

Este impulso refleja la voluntad del ecosistema vasco de integrar tecnologías inteligentes en diferentes sectores económicos y sociales.

La inversión en IA en Euskadi se sitúa en torno a los 520 millones de euros, aproximadamente 530 millones de euros en moneda local, que se destinan a proyectos de innovación, formación y desarrollo de infraestructura.

Las empresas que implementan IA registran un aumento del 8,7% en sus cifras de negocio promedio, beneficiándose de la eficiencia y la innovación generada por estas tecnologías.

Asimismo, los proveedores de servicios y soluciones de IA en la región han duplicado sus ingresos en el último año, alcanzando casi 215 millones de euros.

La infraestructura tecnológica en Euskadi también ha experimentado un avance considerable, con 28 centros de datos y 7 supercomputadoras operativas que refuerzan el ecosistema digital.

Sin embargo, todavía persisten desafíos, como la brecha de talento que requiere un aumento del 25% en profesionales especializados, así como la necesidad de una mayor alineación normativa y ética en relación con los estándares europeos.

El impacto de la IA se hace sentir no solo en la economía, sino también en la cultura y gestión empresarial. Aproximadamente el 80% de las organizaciones consultadas por el diagnóstico afirma haber experimentado un cambio cultural importante debido a la incorporación de IA, siendo un 20% de ellas que reportan una transformación 'muy significativa'.

Esto indica que la IA ya no es solo una tecnología, sino un motor de cambio en personas, procesos y estructuras.

Desde una perspectiva histórica, Euskadi ha sido una región líder en innovación industrial desde el siglo XIX, con una fuerte tradición en acero, minería y automoción que ha evolucionado hacia la tecnología y la digitalización.

La adopción de IA continúa esta tradición, promoviendo un ecosistema que combina innovación, tradición y sostenibilidad.

El diagnóstico también destaca que solo el 12% de los agentes económicos están alineados con el Reglamento Europeo de IA, señal de que aún hay un recorrido importante en la regulación y la ética en el uso de estas tecnologías.

Para afrontar estos retos, BAIC ha anunciado el lanzamiento de una herramienta digital de autodiagnóstico que permitirá a las organizaciones evaluar su nivel de madurez en IA, identificar áreas de mejora y acceder a recursos y ayudas públicas.

La plataforma estará disponible a partir de la semana del 20 de octubre en la web de BAIC (www.baic.eus) y busca fortalecer el seguimiento del ecosistema, facilitando decisiones estratégicas informadas.

En definitiva, Euskadi continúa avanzando con decisión en el ámbito de la Inteligencia Artificial, apoyándose en un ecosistema colaborativo que combina el esfuerzo público y privado.

La región aspira a liderar en innovación digital en Europa, no solo como un objetivo económico, sino también como un compromiso social para promover una transformación ética y sostenible que beneficie a toda su ciudadanía.