Las autoridades del País Vasco y el Ayuntamiento de Tolosa han anunciado un proceso que combina análisis técnico y participación ciudadana para decidir la sustitución del puente Zubi Berria, priorizando la seguridad y la integración estética, tras las recientes inundaciones en Valencia y la evaluación de diferentes propuestas.

Tras las graves inundaciones ocurridas en Valencia en 2023, el Gobierno Vasco, a través de la Agencia URA, ha establecido un plan estratégico para renovar la infraestructura del puente Zubi Berria en Tolosa, con el objetivo de reducir el riesgo de inundaciones y mejorar su integración visual con el entorno urbano.

El episodio de lluvias intensas conocido como DANA en la Comunidad Valenciana evidenció la vulnerabilidad de muchas infraestructuras ante eventos meteorológicos extremos, fenómeno que se ha ido intensificando en las últimas décadas debido al cambio climático.

En respuesta, las entidades responsables del agua en Euskadi han priorizado proyectos que aseguren la capacidad hidráulica necesaria, evitando desbordamientos y daños en zonas sensibles, como el casco antiguo y el ensanche de Tolosa.

Para ello, se ha diseñado un proceso participativo que combina análisis técnico y consulta ciudadana, garantizando que las soluciones adoptadas cuenten con el respaldo social y sean técnicamente viables.

La primera fase del proceso consiste en evaluar minuciosamente todas las propuestas que cumplan con los requisitos básicos, asignando un 40% del peso total a criterios como el análisis del proyecto, el impacto ambiental, accesos y conexión con el entorno.

El procedimiento establece que solo aquellas propuestas que logren un mínimo de 20 puntos continuarán a la segunda fase, en la que se sumarán la votación popular y una evaluación económica.

La participación ciudadana será fundamental: los residentes mayores de 16 años en Tolosa podrán emitir su voto mediante una plataforma digital llamada Erabaki, además de contar con la opción de hacerlo presencialmente en diferentes puntos del municipio.

El peso de la votación popular será igual al análisis técnico, representando un 40% de la puntuación final, mientras que la evaluación económica contribuirá con un 20%.

Todo ello permitirá determinar qué proyecto será finalmente adjudicado para realizar las obras de sustitución del puente.

Desde marzo de 2023, la Agencia URA presentó varias propuestas, incluyendo un diseño inicial que generó debate en la comunidad, sobre todo en aspectos estéticos y de integración urbana.

Tras solicitar modificaciones, como mantener aspectos visuales del puente actual sin comprometer su funcionalidad hidráulica, se logró una versión más aceptada por la ciudadanía y expertos.

La prioridad sigue siendo aumentar la capacidad hidráulica del puente para disminuir las zonas vulnerables, especialmente en áreas críticas como el Casco Viejo y el ensanche, que son las más propensas a sufrir inundaciones durante episodios de lluvias intensas.

La tendencia en Euskadi es promover soluciones que respeten el entorno natural y urbano, evitando medidas radicales como la eliminación total de vegetación en las riberas, ya que esto puede incrementar la velocidad del agua y el riesgo en crecidas.

Las autoridades también están trabajando en acciones complementarias, como limpieza de especies invasoras y retirada de materiales acumulados en los vanos de los puentes existentes, siguiendo las recomendaciones de la Agencia Vasca del Agua, para mejorar la capacidad hidrológica del río Oria.

Este proceso no solo refleja una estrategia de gestión del riesgo basada en la evidencia técnica y la participación social, sino que también busca fomentar una mayor conciencia en la población sobre la vulnerabilidad de sus infraestructuras frente al cambio climático.

La historia del río Oria en Tolosa, con sus inundaciones recurrentes, ha sido un recordatorio de la importancia de invertir en soluciones sostenibles.

En conclusión, la renovación del puente Zubi Berria en Tolosa representa un ejemplo de cómo las administraciones públicas pueden integrar la participación ciudadana en decisiones de infraestructura, garantizando soluciones duraderas y respetuosas con el entorno, mientras preparan a las comunidades para eventos meteorológicos cada vez más extremos.

Para ello, se combinarán análisis técnicos rigurosos, evaluaciones económicas y la voz de los residentes, en un proceso transparente y abierto a toda la ciudadanía.