Las festividades en Vitoria-Gasteiz mantienen su esencia rural con la participación de autoridades y comunidades, destacando el valor cultural y patrimonial.
En la ciudad de Vitoria-Gasteiz, las celebraciones tradicionales ponen de manifiesto la importancia de conservar el ambiente rural que caracteriza a muchas de sus fiestas ancestrales.
Amaia Barredo, consejera del Departamento de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco, expresó su apoyo y buenos deseos a los jóvenes gasteiztarras durante los eventos festivos.
Barredo destacó la relevancia de mantener esa atmósfera rural tan especial, que desde localidades como Zalduondo y Celedón, un personaje emblemático, se trae cada año para animar las festividades.
La consejera recordó que las raíces rurales son fundamentales para mantener vivas las tradiciones y el patrimonio cultural de Euskadi, y subrayó el valor de que estos escenarios se conserven en el corazón de la celebración.
La participación institucional en estas festividades se evidenció durante la jornada, cuando Amaia Barredo participó en la balconada de San Miguel, desde donde saludó a la multitud congregada en la plaza de la Virgen Blanca, en el marco del inicio de las festividades.
A su lado estaban otros representantes sociales y políticos, como Iñaki Kerejazu, un joven profesor que desde hace una década representa al personaje de Celedón, una figura que simboliza la llegada de las fiestas alavesas.
Además, estuvieron presentes Blanca Aguillo, presidenta de la Cofradía de la Virgen Blanca, y otros miembros de la comunidad.
El acto culminó con la bajada de Celedón desde su balcón en la plaza, en un momento que cada año llena de emoción a los asistentes. Tras este acto, las autoridades y la comunidad participaron en la misa de vísperas celebrada en la iglesia de San Miguel. Esta celebración religiosa marca tradicionalmente el pistoletazo de salida a las festividades y refuerza el carácter cultural y espiritual de las mismas.
Además de los eventos religiosos, durante estos días se llevan a cabo distintas actividades, como el homenaje floral organizado por las cuadrillas de Neskas y Blusas, en honor a la Virgen Blanca, y el tradicional Zortziko, un baile que cientos de danzarines interpretan en la Plaza Nueva.
Estas actividades mantienen viva la tradición y recogen la historia de generaciones pasadas.
Es importante destacar que, si bien las celebraciones han evolucionado y adaptado a los tiempos modernos, la esencia rural y popular sigue siendo la base que las sustenta.
La conservación de estos valores no solo enriquece la identidad cultural de Vitoria-Gasteiz, sino que también impulsa el turismo rural y promueve la economía local.
En cifras ajustadas a euros, se estima que la inversión destinada a estas festividades y actividades culturales ronda los 400.000 euros, aportando una significativa contribución al sector del ocio y la economía rural de la región.
Históricamente, estas festividades tienen raíces que se remontan a varios siglos atrás y han sido testigos del fortalecimiento de la identidad vasca.
La participación activa de la comunidad, las instituciones y la cultura popular aseguran que estas tradiciones sigan formando parte integral de la vida de Vitoria-Gasteiz y su entorno, promoviendo el respeto y la conservación del patrimonio rural en un mundo cada vez más urbanizado.