La viceconsejera de Trabajo y Seguridad Social de Euskadi resalta el liderazgo del modelo vasco en economía social ante una delegación de Naciones Unidas, consolidando su reputación internacional en innovación y justicia social durante el Año Internacional de las Cooperativas.

Durante el Año Internacional de las Cooperativas de la ONU, Euskadi ha sido escenario de importantes debates y reconocimientos internacionales sobre su modelo de economía social, considerado un ejemplo de resiliencia, innovación y justicia social.

La viceconsejera de Trabajo y Seguridad Social del País Vasco, Elena Pérez Barredo, destacó en una intervención ante una delegación de representantes de Naciones Unidas la fortaleza del sistema cooperativo vasco, que ha logrado consolidarse como referencia mundial en la promoción del empleo digno y la distribución equitativa de la riqueza.

El evento tuvo lugar en Otalora, en el Centro de Desarrollo Directivo y Cooperativo del grupo Mondragón en Aretxabaleta, Gipuzkoa, una institución que simboliza el origen y la evolución del cooperativismo en Euskadi.

Donostia, la capital guipuzcoana, fue elegida como sede del Hub de Vanguardia de Economía Social, reconocimiento que refleja la influencia global del modelo vasco.

En su discurso, Pérez Barredo subrayó los factores que han permitido a Euskadi posicionarse a nivel internacional. Entre ellos, su capacidad de adaptarse y resiliencia ante crisis económicas, combinadas con una fuerte cultura de colaboración y cooperación, tanto a nivel público como privado.

Históricamente, Euskadi ha tenido una tradición cooperativa que se remonta a principios del siglo XX. El movimiento cooperativo vasco nació para responder a las necesidades de una sociedad rural y laboral en transformación. Con el tiempo, esta iniciativa se expandió y profesionalizó, consolidándose en sectores como la alimentación, la banca y la industria manufacturera.

Empresas cooperativas como EROSKI, que actualmente cuenta con una red de supermercados en toda España, o la propia Mondragón, que es uno de los grupos cooperativos más grandes del mundo, ejemplifican el éxito de este modelo.

Pérez Barredo resaltó además el papel de Euskadi en la creación de un marco institucional que favorece el desarrollo del cooperativismo. La legislación vasca combina flexibilidad empresarial con un fuerte compromiso con la identidad cooperativa, acompañada de un sistema de ayudas públicas para promover emprendimiento, formación y cooperación interempresarial.

Este enfoque ha permitido que muchas cooperativas puedan innovar en soluciones sociales y sostenibles, enfrentando desafíos como la exclusión social, la discapacidad y la necesidad de empleo de calidad.

La economía social en Euskadi también destaca por su impacto en la inclusión laboral. Miles de personas con discapacidades trabajan en centros especiales de empleo, lo que demuestra cómo el sector puede ser un motor de cohesión social y oportunidad.

La experiencia vasca avala que el trabajo conjunto entre diferentes actores, unido a un marco de políticas públicas sólidas, puede generar riqueza y bienestar para toda la comunidad.

Este reconocimiento internacional coincide con una coyuntura favorable en el ámbito europeo, donde se refuerzan políticas en favor de la economía social, como la renovación del Intergrupo en el Parlamento Europeo y la puesta en marcha del Plan de Acción Europeo para potenciar este sector.

La experiencia vasca se presenta como un ejemplo válido para otros países y regiones que buscan alternativas sostenibles y justas a los modelos económicos tradicionales.

En un contexto mundial marcado por inestabilidades políticas y económicas, Pérez Barredo enfatizó la importancia de defender los valores democráticos y de cohesión social.

La justicia social, como base del bienestar, requiere modelos económicos que prioricen la distribución equitativa de los recursos y fomenten la participación activa de la ciudadanía.

Euskadi continúa fortaleciendo su liderazgo en este campo, promoviendo un modelo que combina innovación, solidaridad y sostenibilidad, y que puede servir de referencia para otras naciones que quieran afrontar con éxito los retos del siglo XXI.