El último miembro activo de la primera promoción de la Ertzaintza se retira tras una destacada carrera en la policía vasca, siendo homenajeado por sus compañeros y autoridades.

El pasado 19 de marzo marcó una fecha significativa en la historia de la Ertzaintza, con la jubilación de Jokin Alfageme, el último agente activo que pertenecía a su primera promoción.

Esta salida pone fin a una carrera profesional que se extiende a lo largo de 43 años, desde su ingreso en 1982 a la Academia de Policía de Arkaute.

Jokin Alfageme, quien ha desempeñado numerosos roles a lo largo de su trayectoria, culminó su carrera como Jefe del Centro de Seguridad en la Unidad de Protección y Seguridad de la Ertzaintza.

Fue un día que simboliza no solo su dedicación y esfuerzo, sino el cierre de un capítulo importante en la historia de la policía vasca.

La Ertzaintza, institución fundamental en la seguridad de Euskadi, fue oficialmente establecida el 8 de febrero de 1982, cuando los primeros alumnos de la primera promoción comenzaron su formación.

En total, 1,203 hombres se presentaron a las oposiciones, pero solo 603 lograron completar los requisitos de un exigente curso de seis meses en este nuevo cuerpo policial que empezaba a formarse.

En sus inicios, se carecía de un espacio adecuado, por lo que se adaptaron las instalaciones del cercano 'Hotel Iradier' y un centro educativo en Arkaute para albergar a los nuevos agentes.

Entre los requisitos para formar parte de esta primera promoción, estaba haber cumplido el servicio militar, medir al menos 1.73 metros, tener entre 18 y 36 años y al menos dos años de residencia en Euskadi, lo que resultaba en una admisión exclusivamente masculina en sus inicios.

Jokin, a sus 21 años, fue uno de aquellos elegidos en una etapa en la que la Ertzaintza y su formación estaban en pleno desarrollo. Es recordado como el autor del primer atestado por accidente de tráfico, un documento que ahora se conserva en el museo de la Academia de Policía y Emergencias.

A lo largo de su carrera, tuvo la oportunidad de trabajar en diversos destinos, incluyendo un proyecto de colaboración con la Policía de Baviera en Alemania, y fue un pionero en la modernización de la unidad canina, introduciendo diversas razas para personalizar la especialización de dichos animales.

El reconocimiento hacia Jokin Alfageme se llevó a cabo en Gernika, donde alrededor de 100 agentes de su primera promoción se reunieron en la Casa de Juntas para honrar su legado.

En el evento participaron diversas personalidades del ámbito de la seguridad, incluyendo a Bingen Zupiria, Consejero de Seguridad, y otros líderes de la Ertzaintza.

El acto culminó con la firma en el libro de honor de las Juntas Generales de Bizkaia, donde tanto el Consejero de Seguridad como Jokin Alfageme plasmaron sus firmas en un momento que encapsula la admiración y respeto hacia una figura emblemática de la Ertzaintza.

A medida que Jokin se despide de su carrera, se cierra también un capítulo que ha sido testigo de cambios significativos en la estructura y funciones de la policía vasca a lo largo de los años.