Las instituciones educativas en Euskadi implementan medidas coordinadas para garantizar entornos seguros y combatir el acoso escolar, aumentando la detección temprana y la intervención efectiva en los centros vascos.
En el País Vasco, el compromiso de los centros educativos con la seguridad y el bienestar del alumnado se ha intensificado gracias a la implicación activa de profesores, personal de inspección, y los Berritzegunes.
La coordinación entre estos actores y la comunidad educativa permite fortalecer los protocolos existentes, mejorar la detección temprana de situaciones de acoso y garantizar una intervención rápida, discreta y efectiva.
Desde hace varios años, Euskadi ha demostrado estar a la vanguardia en la implementación de medidas para erradicar la violencia y el acoso en los entornos escolares.
La historia de su sistema educativo evidencia un constante esfuerzo por crear espacios seguros y promover una cultura de respeto y empatía entre estudiantes y docentes.
Con motivo del Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, el Departamento de Educación ha lanzado la serie de vídeos titulada “Cuidar también es educar”, en los que participandirectivos, docentes, inspectores y asesores especializados en la protección del alumnado.
Estas piezas audiovisuales buscan visibilizar el trabajo coordinado que se realiza en los centros para garantizar espacios seguros, resaltando la importancia de la responsabilidad compartida para prevenir y abordar estas problemáticas.
Aitziber Gómez, directora del IES Eguzkitza, señala que la detección de posibles casos empieza con una observación cuidadosa y una respuesta rápida, empática y discreta.
Para ello, activan la red del equipo BAT — un grupo especializado en intervención temprana — junto con la Inspección Educativa y los Berritzegunes, que ofrecen apoyo técnico y humano.
“El primer paso siempre es escuchar y actuar con rapidez para proteger al alumno y evitar que la situación se agrave”, afirma Gómez.
Por su parte, Carmen Buzenchi, profesora del IES Uribarri, destaca que la prevención cotidianamente incluye monitorear el bienestar emocional del grupo desde el inicio de cada clase, fomentando la empatía, el respeto y la comunicación entre alumnos.
“Antes de comenzar una materia, dedicamos tiempo a observar y asegurarnos de que todos estén bien, promoviendo un clima positivo desde el comienzo”, explica.
Íñigo Ramos, asesor del Berritzegune, pone el énfasis en la doble dimensión de los protocolos, que combinan aspectos rigurosos y humanos, y en la coordinación con servicios externos como salud y servicios sociales cuando la situación lo requiere.
Eva Martínez, inspectora del Departamento de Educación, añade que la Inspección garantiza la correcta aplicación de los procedimientos, reforzando la confianza de las familias y los estudiantes en un sistema que aprende y se adapta.
Estos esfuerzos también reflejan la importancia de que los centros sean espacios seguros desde fuera del entorno escolar. La confianza que se cultiva en el aula, con una relación cercana y profesional, permite detectar tempranamente situaciones de vulnerabilidad personal o familiar, activando apoyos y recursos especializados.
En la práctica, ante cualquier señal de riesgo, los centros adoptan medidas inmediatas de protección, designan un responsable de referencia y mantienen una comunicación estrecha con las familias.
El equipo BAT lidera la atención del caso con la ayuda de los Berritzegunes y, en algunos casos, de los servicios sociales, la policía o la Ertzaintza.
Durante el curso académico 2024-2025, los centros vascos registraron la apertura de 2.263 protocolos relacionados con posibles casos de acoso escolar, lo que supone un incremento de cerca de 330 casos respecto al año anterior. De estos, unas 522 situaciones fueron confirmadas, representando aproximadamente el 23 % del total, cifras que indican una mayor sensibilización, detección precoz y confianza en los procedimientos.
El incremento en las detecciones refleja que el sistema está más preparado y comprometido que nunca, según ha señalado la consejera de Educación, Begoña Pedrosa.
La voluntad del departamento es continuar fortaleciendo la prevención, la detección temprana y los mecanismos de acompañamiento en todos los centros, poniendo siempre al alumnado en el centro de la atención.
Esta estrategia complementa los esfuerzos históricos del País Vasco por promover una educación basada en valores de respeto y cuidado mutuo, con una trayectoria que data de las primeras décadas del siglo XX, cuando las instituciones educativas empezaron a incorporar programas de convivencia y derechos humanos.
En definitiva, Euskadi continúa avanzando en la creación de entornos escolares en los que todos los estudiantes puedan aprender y desarrollarse libres de violencia y acoso, poniendo en práctica protocolos que combinan rigor y empatía, con un fuerte compromiso por el bienestar de cada niño y niña.