Resumen del comportamiento climático en Euskadi durante mayo de 2023, con datos sobre precipitaciones, temperaturas y horas de sol, en un contexto histórico más amplio.

Durante el mes de mayo de 2023, Euskadi experimentó un comportamiento meteorológico caracterizado por una alternancia de episodios de lluvias intensas y períodos de sequía en varias zonas de la comunidad autónoma.

A pesar de que mayo suele ser un mes de transición con temperaturas moderadas, este año se registraron registros significativos tanto en precipitación como en insolación, en un contexto que se puede contextualizar con datos históricos.

Según la Agencia Vasca de Meteorología, Euskalmet, el mes de mayo fue en general húmedo, aunque con una distribución zonal muy desigual. La presencia de tormentas en áreas como Araba provocó niveles de humedad superiores a lo habitual, con puntos afectados por lluvias que alcanzaron o superaron los 150 litros por metro cuadrado.

En específico, en el este de Araba, la localidad de Ilarduia registró aproximadamente 157 litros por metro cuadrado, constituyendo el acumulado mensual más alto y superando ampliamente la media de otros años.

En contraste, zonas de Bizkaia y Gipuzkoa, principalmente en la parte este, tuvieron un mayo mucho más seco de lo que es típico, con algunas localidades acumulando menos de 50 litros por metro cuadrado.

En localidades como Bilbao y San Sebastián, los niveles de precipitación fueron aún inferiores, situándose en torno a los 43 y 45 litros por metro cuadrado respectivamente.

Estos datos reflejan una tendencia a la sequía en áreas donde tradicionalmente las precipitaciones son más frecuentes en este período.

Desde una perspectiva histórica, el promedio de precipitaciones en mayo en Euskadi ha sido moderado, pero la distribución de 2023 se ha quedado un poco por encima del promedio del siglo XXI en algunas zonas afectadas por tormentas, contribuyendo a mantener niveles de humedad elevados en ciertas áreas.

Sin embargo, en los valles y zonas de interior más secas, los niveles de agua registraron un descenso, reflejando un patrón de distribución desigual.

En cuanto a las temperaturas, mayo de 2023 se caracterizó por unas medias anómalamente normales, con un ligero aumento de aproximadamente 0.3 °C respecto al promedio de 1991-2020. Sin embargo, se experimentaron días con temperaturas excepcionalmente altas, alcanzando máximas superiores a los 35 °C en varias localidades, especialmente en los días 29, 30 y 31 del mes.

En estas jornadas calurosas, zonas del interior, como Orozko y Balmaseda, superaron los 34.5 °C, batiendo récords históricos para mayo en algunos casos.

Por otro lado, las temperaturas mínimas también mostraron variaciones significativas, alcanzando valores cercanos a 0 °C en puntos de la provincia de Álava, como Herrera y Kapildui, en días que coincidieron con las primeras semanas de junio.

Las mínimas registradas en zonas del litoral, como Higer y Santa Clara, rondaron los 10 °C, una tendencia que se ha visto en otros períodos de clima cambiante.

En materia de insolación, mayo fue notable por un incremento de horas de sol en la vertiente cantábrica, que se estimó en un rango de entre el 25 y 40% por encima de lo normal para esta época del año.

En ciudades clave, Bilbao recibió aproximadamente 239 horas de sol, mientras que Donostia alcanzó las 231 horas y Vitoria-Gasteiz unas 222. Este incremento en la radiación solar favoreció un mes cálido y con días de alta radiación, contribuyendo a la sensación de temperaturas elevadas durante varias jornadas.

Respecto a eventos meteorológicos adversos, el Gobierno Vasco activó en mayo once avisos amarillos, siendo la mayoría por precipitaciones intensas, que en algunos casos alcanzaron niveles de lluvias extremas.

También se registraron avisos por viento en zonas expuestas, enfatizando la inestabilidad atmosférica que caracterizó al mes y que se enmarca en una tendencia de mayores fenómenos extremos, que parece intensificarse en el contexto del cambio climático global.

En resumen, mayo de 2023 en Euskadi fue un mes de contrastes climáticos, con episodios de lluvias fuertes en algunas áreas y períodos de sequía en otras, temperaturas altas que superaron récords históricos y una alta insolación que contribuyó a un mes de clima más cálido y soleado de lo habitual.

Estos patrones, que se han ido repitiendo en las últimas décadas, reflejan las transformaciones en los fenómenos atmosféricos impulsadas por el cambio climático, y subrayan la necesidad de seguir monitorizando y adaptando las estrategias de gestión climática en la región.