Euskadi experimentó un enero inusual, con un 40% de la lluvia mensual en un solo día y temperaturas notablemente elevadas.
Euskadi ha vivido un mes de enero atípico en términos climáticos, destacando por la irregularidad en la distribución de las precipitaciones y un aumento significativo en las temperaturas.
Según datos de la Agencia Vasca de Meteorología, Euskalmet, aproximadamente un 40% de la lluvia total registrada durante todo el mes se concentró en un solo día, el 30 de enero, lo que provocó importantes acumulaciones en diversas localidades.
En concreto, la media de precipitación en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) alcanzó los 42.9 litros por metro cuadrado. Sin embargo, en diferentes puntos de Gipuzkoa, los valores se dispararon, alcanzando hasta 97.8 l/m² en Ameraun y 92.6 l/m² en Añarabe. Este fenómeno indica una distribución irregular y concentrada de las lluvias en el mes.
El resto de enero presentó condiciones cálidas, con temperaturas medias que superaron en aproximadamente 1.4 ºC los promedios históricos para el período 1991-2020. Este aumento en la temperatura ha situado a enero de 2024 entre los más cálidos de los últimos años, haciendo que sea recordado como el séptimo enero más cálido desde el inicio del siglo.
Esta tendencia de temperaturas elevadas contrasta con las heladas que se registraron en algunos días.
La situación climática resultó en un número de días de lluvia superior al promedio en la costa, alcanzando unos 15 días, mientras que en la Llanada Alavesa la cifra fue de aproximadamente 7 días.
Esto resalta una variabilidad significativa en la distribución de las lluvias, que no se distribuyen equitativamente. Los niveles de precipitación más altos se concentraron, como es habitual, en el nordeste de Gipuzkoa, en las cercanías de Navarra.
En cuanto a la insolación, se registró un aumento de entre un 15% y un 25% en el número de horas de sol en comparación con lo que es habitual para esta época del año.
No obstante, el litoral guipuzcoano no alcanzó estos incrementos, manteniendo registros más bajos en comparación con otras áreas. Ciudades como Bilbao tuvieron alrededor de 98 horas de sol, mientras que Donostia-San Sebastián registró 89 horas y Vitoria-Gasteiz 103.
Este enero también se caracterizó por la llegada de fuertes borrascas que generaron advertencias por fenómenos meteorológicos adversos. Entre el 24 de enero y el final del mes, se activaron un total de 41 avisos amarillos y 6 alertas naranjas, la mayoría relacionadas con el viento y las olas.
Estas condiciones desafiantes pusieron a prueba la infraestructura y la preparación de los ciudadanos para enfrentar el mal tiempo, resaltando la importancia de la vigilancia meteorológica en la región.
En resumen, el clima de enero en Euskadi ha sido un claro reflejo de las tensiones que experimenta el sistema climático global, donde episodios de lluvia intensa y temperaturas inusualmente altas se entrelazan en un patrón que desafía las expectativas históricas.
Las implicaciones de estos cambios en el medio ambiente son vastas y motivan una reflexión sobre cómo la sociedad se adapta a un clima que avanza hacia lo impredecible.