Un estudio reciente indica que los autos eléctricos y los híbridos enchufables tienen menos posibilidades de ser sustraídos por los ladrones en comparación con los vehículos tradicionales. La tendencia se atribuye a diversos factores relacionados con su ubicación de estacionamiento y las tecnologías de seguridad incorporadas, lo que podría transformar las estrategias contra el delito en el sector automotriz.

La preocupación por la seguridad de los vehículos y la incidencia delictiva en el sector automotriz ha aumentado en los últimos años, especialmente en Europa, donde se registran millones de robos de autos anualmente.

Sin embargo, un análisis reciente ha revelado que los vehículos eléctricos (VE) y los híbridos enchufables parecen ser menos vulnerables a los robos en comparación con los vehículos tradicionales con motor de combustión interna.

Supuestamente, en 2024, el número de autos robados en Europa alcanzó aproximadamente 950,000, una cifra que aunque elevada, muestra un ligero descenso respecto a años anteriores.

Lo interesante es que, entre los modelos más afectados, rara vez se encuentran los vehículos eléctricos. De acuerdo con datos presuntamente recopilados por instituciones como la Highway Loss Data Institute (HLDI) y la Insurance Institute for Highway Safety (IIHS), los autos eléctricos representan una fracción muy pequeña en las estadísticas de robos.

Supuestamente, los estudios indican que ocho de los veinte vehículos menos robados en Estados Unidos son eléctricos, con una tasa de robo que supera en más del 85% a la media general de vehículos.

Aunque estas cifras corresponden a EE.UU., se presume que en Europa la tendencia es similar, en parte debido a las diferencias en los métodos de estacionamiento y las tecnologías de protección.

Uno de los factores clave que supuestamente contribuye a esta tendencia es el lugar donde los propietarios de vehículos eléctricos suelen aparcar sus autos.

Se cree que la mayoría de los VE y los híbridos enchufables se estacionan en garajes particulares, muchas veces en viviendas unifamiliares o edificios con sistemas de seguridad avanzados.

Esto hace que los vehículos estén menos expuestos a la vista de los delincuentes y más protegidos de intentos de robo en la vía pública.

Además, los avances tecnológicos en los autos eléctricos modernos actúan como un elemento disuasorio. Muchos de estos vehículos están equipados con sistemas anti-robo de última generación, como el sistema 'Sentry' de Tesla, que monitorea constantemente el entorno del coche mediante cámaras y sensores, y puede alertar a los propietarios o incluso activar mecanismos de bloqueo.

Mercedes-Benz, por ejemplo, incorpora su sistema Guard360, que utiliza una cámara de 360 grados para vigilar cualquier movimiento sospechoso alrededor del vehículo.

Por otra parte, los métodos tradicionales de robo, como el hurto de llaves o el 'hotwiring' (arranque directo sin llave), resultan en su mayoría inefectivos en vehículos eléctricos, ya que muchos no cuentan con cables visibles en la columna de dirección y están diseñados con sistemas de seguridad más robustos.

Esto se suma a la tendencia de los propietarios de EV de mantener sus autos en entornos controlados y vigilados, una estrategia que supuestamente reduce significativamente las posibilidades de que sean sustraídos.

Históricamente, la seguridad en los automóviles ha evolucionado desde simples cerraduras hasta complejos sistemas electrónicos y de monitoreo en tiempo real.

En Europa, donde la legislación y las normativas sobre seguridad vehicular se han fortalecido en los últimos años, se espera que esta tendencia siga en aumento, beneficiando a los propietarios de vehículos eléctricos y promoviendo una movilidad más segura.

En conclusión, aunque ninguna tecnología puede garantizar una protección total, las evidencias sugieren que los autos eléctricos y los híbridos enchufables tienen una menor probabilidad de ser víctimas de robo en Europa, principalmente por su modo de estacionamiento y sus avanzados sistemas de seguridad.

Esto puede representar una ventaja adicional para quienes apuestan por este tipo de movilidad, que además de ser más sostenible, parecería ofrecer mayor protección frente a la delincuencia automotriz presuntamente.