En un análisis reciente realizado por la Universidad de Yale, se ha señalado que las posturas políticas y presencia pública del CEO de Tesla, Elon Musk, desde que adquirió Twitter, ahora conocido como X, en 2022, han tenido un impacto negativo en las ventas de la compañía en Estados Unidos.

Presuntamente, las decisiones y declaraciones del empresario en el ámbito político y social han causado una disminución significativa en la confianza del consumidor, traduciéndose en una pérdida de más de un millón de vehículos vendidos en el país, equivalentes a aproximadamente 900 millones de euros.

Para poner en contexto, Tesla ha sido durante años un líder en el mercado de vehículos eléctricos, con una historia que se remonta a su fundación en 2003 por Martin Eberhard y Marc Tarpenning, y que posteriormente fue impulsada por Elon Musk, quien se convirtió en su figura más mediática y polémica.

La compañía alcanzó un crecimiento exponencial en la década pasada, siendo valorada en miles de millones de dólares y estableciendo cuotas de mercado en diferentes países.

Sin embargo, la influencia política de Musk, combinada con su presencia en redes sociales, ha generado controversia y división entre los consumidores.

Supuestamente, desde que Musk asumió un papel más activo en la política estadounidense, sus declaraciones y posturas han polarizado la opinión pública.

Algunos analistas creen que su apoyo a ciertos candidatos y sus comentarios sobre temas sociales han alejado a una parte de potenciales clientes, quienes prefieren marcas con posturas más neutrales o alineadas con sus valores.

Además, presuntamente, las políticas de Musk en Twitter/X, incluyendo la gestión del contenido y las polémicas decisiones relacionadas con la libertad de expresión, han afectado la percepción de Tesla como una marca comprometida con la innovación y la sostenibilidad.

El estudio de Yale también señala que la pérdida de ventas no solo tiene un impacto económico, sino que también afecta la percepción de la marca a nivel internacional.

En un contexto donde muchas empresas automovilísticas están invirtiendo en tecnología limpia y sostenibilidad, las controversias en torno a Musk y sus posturas políticas podrían estar poniendo en riesgo el liderazgo de Tesla.

Además, se sospecha que la situación ha motivado a competidores a aprovechar la coyuntura para captar parte del mercado que Tesla podría haber dominado de no ser por estas controversias.

En el ámbito legal y laboral, Tesla ha enfrentado también desafíos. Presuntamente, un juez en California ha dictaminado que más de 6,000 empleados afroamericanos en la planta de Fremont no podrán presentar una demanda colectiva por acoso racial, tras determinar que la muestra de testimonios no era representativa del conjunto de trabajadores.

La compañía ha asegurado en múltiples ocasiones que no tolera conductas racistas y que ha tomado medidas para sancionar a los empleados implicados en conductas inapropiadas.

Por otro lado, Elon Musk ha sido acusado en varias ocasiones de presuntas prácticas discriminatorias en su empresa, y actualmente enfrenta demandas relacionadas con discriminación racial en tribunales federales en California.

La compañía ha llegado a acuerdos en algunos casos, pero la controversia sigue presente y, según expertos, podría estar afectando la percepción de Tesla en el mercado estadounidense.

En definitiva, la influencia de Musk en la política y su gestión de la imagen pública parecen tener un impacto tangible en las cifras de ventas de Tesla, poniendo en duda si la compañía podrá mantener su liderazgo sin abordar estos temas de forma estratégica.

La situación refleja cómo la figura de un CEO puede influir no solo en la percepción de marca, sino también en los resultados económicos de la empresa, en un mercado cada vez más consciente y activo en temas sociales y políticos.