Las acciones de Tesla han sufrido una caída del 41% en lo que va de año, marcando uno de los peores desempeños en el índice S&P 500. Elon Musk anuncia cambios en su participación política y en la estrategia de la compañía para revertir la tendencia.
Las acciones de Tesla (NASDAQ: TSLA) han experimentado una notable caída del 41% en lo que va de 2025, situándola entre las 10 peores empresas del índice S&P 500.
Esta caída ha sido el resultado de múltiples factores que incluyen tanto desafíos económicos globales como decisiones políticas que han polarizado a la figura de Elon Musk, CEO de la compañía.
Desde su irrupción en el mercado hace más de una década, Tesla ha sido vista como una de las empresas más innovadoras del sector automotriz y tecnológico.
La firma revolucionó la industria con sus vehículos eléctricos y su enfoque en la inteligencia artificial para el desarrollo de robotaxis y robots humanoides.
Sin embargo, este año ha sido especialmente difícil para la compañía, no solo por la caída en las ventas y la reducción de participación de mercado, sino también por las controversias en las que Musk se ha visto envuelto.
El pasado mes de abril, Tesla reportó sus resultados financieros del primer trimestre, que fueron particularmente decepcionantes. La compañía informó una disminución del 9% en ingresos totales, alcanzando aproximadamente 17,600 millones de euros, y una caída del 20% en los ingresos procedentes del venta de automóviles, situándose en torno a los 7,000 millones de euros.
Además, el margen operativo se redujo a solo el 2,1%, su nivel más bajo en los últimos seis años. La utilidad neta por acción también cayó un 40%, situándose en unos 0,24 euros, lo que generó preocupación entre los inversores.
Estas cifras reflejan una tendencia de debilitamiento de la demanda global, atribuida en parte a los efectos de las tensiones comerciales y las políticas proteccionistas que han incrementado los costos de importación de componentes para Tesla.
En particular, las tarifas sobre piezas importadas han elevado los costos, dificultando la competitividad de sus vehículos en mercados clave como Estados Unidos, Europa y China.
Por ejemplo, en China, la cuota de mercado de Tesla cayó a un 6,9%, una reducción de 4 puntos porcentuales respecto al año anterior. En Europa, la participación descendió a un 8,2%, mientras que en Estados Unidos bajó a un 47,2%. Estas pérdidas alarmantes han despertado alertas sobre la sostenibilidad del crecimiento de Tesla.
No obstante, Elon Musk ha prometido cambios estratégicos para revertir esta tendencia negativa. En la conferencia de resultados, Musk anunció que disminuirá significativamente su participación en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una iniciativa política en la que ha estado involucrado desde hace meses.
Según Musk, su tiempo dedicado a dicha organización disminuirá a partir de mayo, permitiéndole centrarse más en los asuntos de Tesla.
El CEO también compartió optimismo respecto a los nuevos lanzamientos de la compañía, incluyendo modelos de menor costo que se espera inicien producción en la primera mitad de 2025.
Estos vehículos podrían ser clave para recuperar cuota de mercado y atraer a un segmento más amplio de consumidores.
Además, Musk reiteró sus planes para lanzar en Austin un servicio de robotaxis autónomos antes de junio, enfrentándose así a la competencia de Alphabet y Uber, que ya han comenzado a operar en esa ciudad.
La visión de Musk es que el servicio de transporte autónomo tenga un impacto sustancial en las ganancias de Tesla antes de 2026.
Por otro lado, la compañía también está avanzando en la producción de su humanoide optimus, con la meta de tener miles de estos robots operativos en sus fábricas para finales de 2025 y una producción anual proyectada de un millón de unidades para 2029.
Musk sostiene que tanto los robotaxis como los robots humanoides representan oportunidades de negocio de múltiples trillones de dólares, con márgenes mucho mayores que los vehículos tradicionales.
Históricamente, Tesla ha sido una de las acciones más volátiles, pero también una de las que más han recompensado a sus inversores en el largo plazo.
Desde su salida a bolsa en 2010, su valor ha crecido exponencialmente, impulsado por avances tecnológicos y una visión ambiciosa de Musk. Sin embargo, la actual crisis muestra que incluso las empresas más innovadoras no están exentas de las turbulencias del mercado.
En conclusión, a pesar de la caída en su valor bursátil y los desafíos actuales, Tesla sigue siendo una de las compañías más prometedoras en el ámbito de la tecnología y la movilidad del futuro.
La reorientación de Musk y su apuesta por la innovación en robótica y movilidad autónoma podrían ser las claves para que la firma recupere su liderazgo en los próximos años, siempre y cuando logre superar las barreras políticas y económicas que enfrentan en el presente.