La escasez de medicamentos populares para la pérdida de peso está llegando a su fin, pero ¿qué significa esto para los consumidores?

La creciente preocupación por los altos costos de los medicamentos para la pérdida de peso como Ozempic y Wegovy ha llevado a muchos consumidores a buscar alternativas en farmacias de compuestos.

Sin embargo, esta opción está a punto de desaparecer. Recientemente, las autoridades federales han declarado que estos medicamentos ya no están en situación de escasez, lo que implica que las farmacias de compuestos deberán cesar la venta de versiones más económicas de estos tratamientos.

Amanda Bonello, madre de tres hijos en Marion, Iowa, es una de las muchas personas que se sienten angustiadas por esta decisión. Actualmente, ella utiliza una versión compuesta del tirzepatide, un medicamento desarrollado por Eli Lilly, el cual se utiliza tanto para el tratamiento de la diabetes como para la pérdida de peso.

El precio promedio de venta de Zepbound, el medicamento de Eli Lilly, es de aproximadamente 1,300 euros, lo que representa un gasto significativo para muchos.

"Me siento como si estuviera en una isla, y la gran farmacéutica tiene toda la comida, mientras que nosotros, que no podemos pagar, estamos condenados a pasar hambre", expresó Bonello.

La comunidad de pacientes se ha movilizado, creando una petición en línea que solicita a la FDA que permita la venta de versiones genéricas de estos medicamentos o que presione a los fabricantes para que reduzcan sus precios.

En el contexto de la decisión de la FDA, se ha establecido un período de transición que permitirá a los consumidores usar versiones compuestas de semaglutide, que se comercializa como Wegovy para la pérdida de peso y Ozempic para la diabetes, un tiempo adicional.

Sin embargo, el tiempo se agota. A partir del 18 de febrero, las farmacias deberán dejar de elaborar y distribuir el tirzepatide, y para el 22 de abril, las versiones compuestas de semaglutide también dejarán de estar disponibles.

Esta situación ha generado una avalancha de preguntas entre los pacientes que dependen de estos medicamentos. Muchos farmacéuticos están comunicando a sus clientes que ya no podrán reponer sus recetas de compuestos, lo que ha llevado a un estado de incertidumbre.

Un estudio reciente sugiere que, después de dejar de usar semaglutide, un grupo de 327 pacientes en EE.UU., Europa y Japón recuperó dos tercios del peso perdido mientras estaban bajo tratamiento. Esta información resalta la importancia de no interrumpir el tratamiento de manera abrupta, lo que podría tener consecuencias graves para la salud de los pacientes.

En respuesta a estas preocupaciones, la Asociación de Farmacia de Compuestos ha instado a la FDA a considerar el impacto de la transición en los pacientes y a facilitar un período de adaptación.

Scott Brunner, CEO de la asociación, afirmó que "esto se trata de la continuidad de la atención, asegurando que los pacientes no experimenten interrupciones en su terapia".

A pesar de la presión sobre la FDA, las grandes compañías farmacéuticas han comenzado a ofrecer descuentos en algunos de sus medicamentos. Por ejemplo, Eli Lilly ha reducido el precio de los viales de Zepbound en 50 euros para quienes paguen en efectivo a través de su sitio web. Sin embargo, aunque estos descuentos son un alivio, muchos, como Bonello, todavía no pueden permitirse los nuevos precios.

La situación actual plantea serias preguntas sobre la accesibilidad de estos tratamientos para la pérdida de peso. Con un costo mensual que puede superar los 1,300 euros, muchos consumidores se ven obligados a reconsiderar su tratamiento y buscar alternativas que quizás no sean tan efectivas.

La lucha por la asequibilidad de los medicamentos continúa, y los pacientes esperan que se tomen medidas que les permitan acceder a las opciones que necesitan sin arruinarse.