Expertos advierten que la propuesta de la administración Trump para eliminar la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo pone en riesgo la protección de familias y niños en Estados Unidos.
La seguridad de los ciudadanos estadounidenses, en particular la de los menores, se encuentra en jaque debido a una polémica propuesta presentada por la administración del expresidente Donald Trump.
La iniciativa pretende eliminar la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo (CPSC), una agencia independiente creada en los años 70 para garantizar que los productos comercializados en Estados Unidos sean seguros.
Desde su fundación, la CPSC ha jugado un papel fundamental en la protección de las familias, regulando desde electrodomésticos y muebles hasta juguetes y artículos para bebés.
La agencia, que funciona con un consejo de cinco comisionados nombrados por el presidente y con un mandato que busca mantener su independencia, ha sido responsable de establecer estándares obligatorios y realizar inspecciones que han prevenido numerosas tragedias.
Sin embargo, el nuevo borrador de presupuesto de la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB) de la Casa Blanca propone transferir las funciones de la CPSC a un departamento dentro del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS).
Los críticos advierten que esta medida no solo sería ilegal, sino que también expondría a los consumidores a mayores riesgos debido a la posible influencia política y empresarial en la regulación.
Históricamente, la CPSC ha sido un baluarte contra productos peligrosos. Por ejemplo, en los años 80 y 90, la agencia retiró millones de juguetes contaminados con plomo y obligó a fabricantes a mejorar la seguridad de los asientos para bebés.
La protección que ofrece la agencia ha sido particularmente importante en un contexto donde el comercio online y las importaciones desde países con regulaciones diferentes han aumentado la dificultad para garantizar la seguridad de los productos.
Activistas y grupos de consumidores, como Consumer Reports y la Liga Nacional de Consumidores, han manifestado su preocupación por la propuesta. Durante una conferencia de prensa realizada el 30 de abril, representantes de estos grupos denunciaron que la eliminación de la CPSC sería un retroceso en la protección de las familias estadounidenses.
Uno de los testimonios más emotivos fue el de Brett Horn, fundador de Charlie’s House en Kansas City, quien perdió a su hijo de dos años en un accidente doméstico.
La labor de la CPSC en la regulación de muebles y electrodomésticos ha sido vital para evitar tragedias similares, y Horn aseguró que sin la agencia, la seguridad de los niños en los hogares estaría en mayor riesgo.
El senador Richard Blumenthal (D-Connecticut) ha declarado que enviará cartas a los responsables del presupuesto advirtiendo que eliminar o fusionar la CPSC sería irresponsable y peligroso.
Además, ha instado a sus colegas en el Congreso a defender la agencia y mantener su independencia.
Desde su creación, la CPSC ha sido un símbolo de protección y prevención en Estados Unidos. La agencia también ha sido pionera en la regulación de productos peligrosos importados, estableciendo estándares que muchas empresas deben cumplir para comercializar sus productos en el mercado estadounidense.
La propuesta de eliminar la CPSC llega en un momento en que la historia del país muestra cómo las regulaciones de seguridad han marcado la diferencia.
En los años 70, la creación de esta comisión fue una respuesta a múltiples incidentes y tragedias que evidenciaron la necesidad de controles más estrictos.
Expertos advierten que la desaparición de la CPSC podría traducirse en un aumento de lesiones y muertes evitables, además de disminuir la confianza de los consumidores en la seguridad de los productos que adquieren.
La comunidad internacional también observa con preocupación las decisiones que puedan impactar la protección del consumidor en un mercado tan influyente como el estadounidense.
En conclusión, la posible eliminación de la CPSC representa un riesgo significativo para la seguridad de las familias estadounidenses. La historia demuestra que las agencias independientes son esenciales para mantener estándares de seguridad, proteger a los vulnerables y evitar tragedias evitables.
La ciudadanía y los legisladores deben estar atentos y actuar para salvaguardar esta institución que ha sido un pilar en la protección del bienestar público durante décadas.