Cada vez más compañías en Estados Unidos consideran ofrecer permisos remunerados por menstruación, una medida que busca promover la inclusión y el bienestar laboral de las mujeres. Esta tendencia, aunque aún incipiente, podría marcar un cambio en las políticas laborales tradicionales y reflejar un enfoque más humano y consciente de la salud femenina.
En los últimos años, la discusión sobre los derechos y condiciones de las mujeres en el ámbito laboral ha ganado mayor relevancia. Supuestamente, cada vez son más las empresas en Estados Unidos que están evaluando o implementando políticas de permisos pagados durante la menstruación, una iniciativa que busca reconocer y aliviar el malestar que muchas mujeres experimentan durante su ciclo.
Este cambio en la política laboral no solo responde a una creciente conciencia social, sino que también apunta a promover la igualdad de género en el trabajo.
Supuestamente, empresas como Her First 100K, una plataforma de finanzas personales y desarrollo profesional dirigida a mujeres jóvenes, se encuentran entre las pocas que ofrecen permisos pagados específicos para menstruación.
La fundadora, Tori Dunlap, afirmó que esta decisión surgió por sus propias experiencias como mujer y la necesidad de que los empleadores reconozcan que la menstruación es un proceso biológico natural.
Supuestamente, Dunlap comentó que crear una política de permisos durante la menstruación parecía una decisión lógica y que reflejaba la creencia de que la inclusión en el trabajo implica aceptar y comprender las experiencias reales de sus empleados, sin pretender que no existan.
La medida permite a las trabajadoras tomarse días libres remunerados cuando experimentan síntomas severos, sin necesidad de justificativos o papeleos complicados.
Estudios recientes, como uno publicado en 2019 en BMJ Open, sugieren que los síntomas menstruales pueden ocasionar la pérdida de cerca de nueve días de productividad al año en centros de trabajo y en instituciones educativas.
La dismenorrea, o dolor menstrual intenso, afecta a más de la mitad de las mujeres, y aproximadamente un 15% de ellas deben ausentarse por el dolor, según datos de Yale Medicine.
Además, estos síntomas pueden estar vinculados a trastornos como endometriosis, fibromas, quistes ováricos o infecciones pélvicas.
Supuestamente, en la práctica, el permiso pagado por menstruación funciona de manera sencilla: las empleadas pueden tomar días libres cuando lo necesiten, sin tener que explicar su situación.
Dunlap afirmó que su empresa no busca que sus empleadas elijan entre cuidar de su salud y ahorrar días de descanso para otros asuntos. Esta política, aunque aún poco común en EE.UU., ya es una realidad en otros países.
En Canadá, por ejemplo, la compañía DIVA, conocida por su copa menstrual DivaCup, ofrece permisos pagados por menstruación y menopausia. En países como Japón y Corea del Sur, esta práctica también está presente, aunque en algunos casos no es remunerada. En Europa, en 2023, España se convirtió en uno de los primeros países en legislar a favor del permiso menstrual pagado.
Supuestamente, estas políticas buscan crear ambientes laborales más inclusivos y sensibles a las necesidades de las trabajadoras, promoviendo el bienestar y la igualdad.
Dunlap expresó que, aunque su equipo actual está compuesto únicamente por mujeres, la política de permisos pagados sería aplicable también a personas no menstruantes si decidieran unirse a su empresa.
En definitiva, la expansión de permisos pagados por menstruación representa un paso importante hacia la normalización y reconocimiento de las experiencias femeninas en el entorno laboral.
Supuestamente, si más empresas adoptaran esta medida, no solo estarían promoviendo la salud y el bienestar de sus empleadas, sino también enviando un mensaje claro de respeto y empatía en la cultura corporativa.
La tendencia parece indicar que, en un futuro cercano, estos permisos podrían convertirse en una práctica estándar en muchas organizaciones, contribuyendo a una mayor igualdad y comprensión en el mundo laboral.