La automotriz japonesa Nissan ha confirmado una significativa reducción de su plantilla y el cierre de varias plantas en un intento por afrontar una grave situación financiera, lo que genera preocupación en el sector automotriz mundial.
La reconocida compañía automotriz Nissan ha anunciado un drástico plan de reducción de personal y cierre de varias plantas a nivel mundial, en respuesta a una serie de desafíos económicos y de mercado que enfrentan en la actualidad.
La noticia, que ha generado gran impacto en la industria, revela que la empresa tiene previsto despedir a aproximadamente 11,000 empleados, lo que representa cerca del 8% de su fuerza laboral total, que supera las 133,000 personas en todo el mundo según datos de su sitio oficial.
Este recorte de empleos se suma a las medidas ya tomadas el año pasado, cuando Nissan anunció la eliminación de 9,000 puestos de trabajo, y la suspensión de la construcción de una nueva planta en Japón.
La reciente decisión implica también el cierre de siete de sus plantas de producción, reduciendo el número de fábricas en operación de 17 a solo 10, lo que afectará principalmente a instalaciones en Estados Unidos, Europa y Asia.
El cierre de estas plantas forma parte de una estrategia para reducir costos y hacer frente a una caída en las ventas globales, que ha sido exacerbada por la incertidumbre económica, la escasez de semiconductores y la competencia creciente en el mercado de vehículos eléctricos.
La situación ha obligado a Nissan a reevaluar su enfoque, priorizando la rentabilidad sobre la expansión y acelerando su proceso de reestructuración.
El nuevo CEO de Nissan, Ivan Espinosa, afirmó en una conferencia de prensa que “los resultados financieros del año han sido una llamada de atención para todos nosotros”.
Según sus declaraciones, la compañía enfrenta un aumento en los costos variables y unos costos fijos que superan los ingresos actuales. Esto ha llevado a la firma a implementar medidas drásticas para estabilizar su situación financiera.
Históricamente, Nissan ha sido uno de los pilares de la industria automotriz japonesa, fundada en 1933 y conocida por su innovación en tecnología y diseño.
Sin embargo, en las últimas décadas ha atravesado por varias crisis, incluyendo la polémica salida del entonces directivo Carlos Ghosn en 2018, acusado de irregularidades financieras.
Ghosn, quien fue una figura clave en la expansión global de Nissan y Renault, criticó públicamente la gestión actual, calificándola de “desesperada” y advirtiendo sobre las dificultades que enfrentan.
La compañía también ha enfrentado desafíos relacionados con una posible fusión con Honda, que fue descartada en febrero de 2025 tras negociaciones prolongadas.
La competencia en el sector, especialmente en el segmento de vehículos eléctricos, ha aumentado con la entrada de nuevos actores y la mayor demanda de modelos sostenibles, lo que ha puesto presión adicional sobre Nissan.
A pesar de estos obstáculos, los analistas consideran que Nissan aún tiene potencial para recuperarse si logra adaptarse a los cambios del mercado y mantener su innovación tecnológica.
Sin embargo, la reducción de empleos y el cierre de plantas son medidas que reflejan la gravedad de la situación actual y la necesidad de ajustar su estrategia para garantizar su supervivencia a largo plazo.
En conclusión, Nissan se encuentra en un momento de profunda transformación, enfrentando una de las crisis más serias en su historia reciente. La combinación de recortes de empleos, cierres de plantas y desafíos de mercado obliga a la compañía a reinventarse, con la esperanza de salir fortalecida en un sector que evoluciona rápidamente hacia la movilidad eléctrica y la sostenibilidad.