Supuestamente, la cadena de bares especializados en perros Bar K ha anunciado el cierre definitivo de sus tres locales en Estados Unidos, en una decisión que podría impactar en el sector de establecimientos pet-friendly. La compañía atribuye la decisión a múltiples desafíos económicos y legales que enfrentaba en cada ciudad, incluyendo problemas con alquileres y construcción.

La conocida cadena de bares para perros Bar K ha confirmado que cerrará de manera definitiva sus tres ubicaciones en Estados Unidos, específicamente en Kansas City, St.

Louis y Oklahoma City. La noticia, que ha generado sorpresa entre los amantes de los espacios pet-friendly, se anunció el martes 29 de julio. La empresa señaló en un comunicado que la decisión responde a una serie de dificultades que, en conjunto, hicieron inviable mantener operativos sus locales.

Supuestamente, cada una de las ubicaciones enfrentaba problemas particulares que contribuyeron a la decisión final. La sede en Kansas City, por ejemplo, supuestamente se había visto afectada por la construcción en la zona, que redujo significativamente su estacionamiento y dificultó la llegada de clientes.

En el caso de la local en St. Louis, presuntamente, la empresa enfrentaba una demanda legal por aproximadamente 270.000 euros (equivalente a unos 290.000 dólares), debido a una disputa por alquileres impagos a un desarrollador local.

Los problemas económicos, sumados a desafíos logísticos y legales, parecen haber sido determinantes. La compañía manifestó en su comunicado que no existe una única causa, sino una combinación de obstáculos que, en conjunto, resultaron insuperables para una startup de su tamaño.

Fundada en 2018, Bar K se había consolidado como un espacio innovador donde los dueños de perros podían disfrutar de bebidas y comida en un ambiente diseñado especialmente para sus mascotas, con áreas recreativas y servicios pensados para el bienestar animal.

Sin embargo, en los últimos años, el sector de la hostelería pet-friendly ha enfrentado una serie de dificultades, incluyendo la inflación, aumento de costos y cambios en las regulaciones locales.

Supuestamente, la cadena había experimentado un crecimiento inicial prometedor, expandiéndose rápidamente en varias ciudades, pero la pandemia de COVID-19 y las subsecuentes crisis económicas afectaron severamente su rentabilidad.

La inflación en Estados Unidos (presuntamente similar a la europea, donde el aumento de precios ha sido significativo en 2024) llevó a un aumento en los costos de alquiler, suministros y personal, haciendo que muchos negocios en el sector no pudieran sostenerse.

El cierre de Bar K supone una pérdida para la comunidad animal y para los entusiastas de la cultura pet-friendly, que veían en estos espacios un lugar de encuentro único.

La empresa agradeció a sus clientes por su apoyo a lo largo de los años y expresó su esperanza de que en el futuro puedan surgir nuevas oportunidades en este sector.

Aunque todavía no se ha confirmado oficialmente si estos cierres presagian una tendencia mayor en el mercado de locales pet-friendly en EE.UU., algunos analistas sugieren que la situación económica actual podría forzar a más negocios similares a reevaluar su viabilidad. La economía estadounidense, que supuestamente se encuentra en una fase de estancamiento, continúa enfrentando desafíos que afectan a diversos sectores, y la hostelería no es la excepción.

Por ahora, los locales de Kansas City en Berkley Pkwy, en St. Louis en McRee Ave., y en Oklahoma City en SE 5th St. están cerrados, y no hay planes inmediatos de reapertura. La noticia marca un capítulo importante en la evolución de los negocios orientados a mascotas y refleja las dificultades que enfrentan muchas startups en un entorno económico cada vez más complicado.