Un análisis sobre cómo las celebridades y los influencers afectan los precios y las tendencias en productos de moda, tecnología y artículos de colección, y cómo los consumidores pueden evitar caer en compras impulsivas. Se incluyen datos históricos y consejos prácticos para gestionar el gasto.

En la era digital, la influencia de las celebridades y los influencers en las decisiones de compra ha alcanzado niveles sin precedentes. Desde prendas de marca hasta gadgets tecnológicos, los productos que lucen o promocionan las figuras públicas suelen experimentar subidas de precio y una demanda que, en muchos casos, supera el valor real del artículo.

Un ejemplo reciente que ilustra esta tendencia es el caso de una sudadera de Nike que presumiblemente fue usada por Travis Kelce, jugador de los Kansas City Chiefs y pareja de la famosa cantante Taylor Swift.

La prenda, que en su momento se vendió por aproximadamente 100 dólares (unos 93 euros), experimentó un aumento en su valor en plataformas de reventa y tiendas de colección debido a la exposición mediática y su presunta asociación con la estrella del pop.

Supuestamente, esta sudadera con motivos que homenajean a Michael Jordan, uno de los deportistas más icónicos del siglo XX, fue lanzada con un precio de 110 dólares en marzo pasado, pero en junio su precio cayó a unos 80 dólares (unos 74 euros), en parte por la saturación del mercado y la disminución del interés tras la tendencia inicial.

Sin embargo, en plataformas de reventa, el valor puede variar considerablemente, llegando a superar los 150 dólares (139 euros) en algunos casos, alimentado por la influencia de Kelce y su vínculo con la famosa cantante.

Este fenómeno no es exclusivo del mundo del deporte. La moda y los artículos de colección también se ven afectados por la presencia de figuras públicas en redes sociales. Los llamados 'hype items', o productos de moda que generan un alto interés en poco tiempo, a menudo alcanzan precios exorbitantes. Por ejemplo, las sudaderas de marcas como Parke, que supuestamente se han convertido en símbolos de estatus entre los jóvenes, pueden costar en su versión más popular entre 125 y 140 euros, y se agotan en horas en tiendas emergentes o en línea.

La historia del mercado de moda está llena de ejemplos similares. En los años 90, las colaboraciones entre grandes diseñadores y celebridades impulsaron el valor de ciertos artículos, como las camisetas de Madonna o los bolsos de Lady Gaga.

Sin embargo, no todos estos productos mantienen su valor con el tiempo. La clave para los consumidores está en reconocer cuándo una tendencia es pasajera y cuándo puede ser una inversión real.

Expertos en economía del consumo advierten que la presencia en redes sociales y la exposición constante a influencers puede fomentar compras impulsivas.

Estos, supuestamente, utilizan su alcance para promover productos a precios que muchas veces no reflejan su valor real, aprovechando la necesidad de pertenencia o la influencia del estatus social.

Para evitar caer en la trampa de las compras compulsivas, algunos especialistas recomiendan elaborar una lista de deseos y esperar unos días antes de realizar una compra.

Además, se aconseja analizar si realmente se necesita el artículo o si su valor solo radica en el hype que genera la figura pública que lo promociona.

En definitiva, la relación entre las figuras públicas y los productos que promocionan es compleja y a menudo está mediada por intereses comerciales.

Los consumidores deben ser conscientes de esta dinámica y aprender a gestionar su presupuesto, evitando pagar precios inflados por artículos que, en el fondo, no ofrecen un valor diferencial.

Supuestamente, en el mercado actual, la historia muestra que muchas modas pasajeras desaparecen con el tiempo, dejando atrás una estela de productos sobrevalorados y consumidores que, en algunos casos, terminan pagando más por la fama que por la calidad o utilidad del producto.

La clave está en ejercer un consumo consciente y crítico, especialmente en un mundo donde las redes sociales y las celebridades parecen dictar las tendencias y los precios.