El gasto de los estadounidenses en loterías alcanza cifras récord, con una media anual de 290 euros por persona, mientras la lotería Powerball acumula un bote histórico de 1.55 mil millones de euros para el sorteo del sábado.
Supuestamente, en 2023, los residentes en Estados Unidos gastaron aproximadamente 96 mil millones de dólares en boletos de lotería, lo que equivale a unos 87 mil millones de euros, en un país donde la popularidad de estos juegos de azar continúa en aumento.
La lotería Powerball, en particular, ha capturado la atención de la nación, ya que su bote se ha elevado a una cifra histórica de 1.55 mil millones de euros para el sorteo del próximo sábado. Este monto, siendo el tercero más alto en la historia de los jackpots, ha motivado a millones de estadounidenses a participar en la ilusión de un cambio de vida instantáneo.
El juego de azar más famoso del país, Powerball, ha visto cómo el bote crece sin un ganador desde hace 41 sorteos consecutivos, generando una verdadera fiebre por comprar boletos.
Según supuestamente analistas del sector, esta tendencia refleja no solo una búsqueda de riqueza rápida, sino también un fenómeno cultural que combina la esperanza con la tradición de apostar en la lotería.
Supuestamente, el gasto promedio por persona en loterías en Estados Unidos en 2023 fue de aproximadamente 290 euros anuales, con variaciones significativas dependiendo del estado.
Massachusetts lidera el ranking, con un gasto per cápita cercano a 850 euros, seguido por Rhode Island y Virginia. En contraste, Dakota del Norte reporta un gasto apenas superior a 45 euros por persona, demostrando las diferencias regionales en el interés por estos juegos.
Las probabilidades de ganar en Powerball son extremadamente bajas, con unas chances de 1 en 292 millones, una estadística que no disuade a los jugadores, quienes sueñan con hacerse millonarios de la noche a la mañana.
La ganadora más grande en la historia, Edwin Castro, supuestamente recibió 580 millones de euros tras impuestos en 2022, tras adquirir su boleto en California.
Es importante destacar que, aunque los ingresos generados por las loterías en Estados Unidos son sustanciales, muchas de estas administraciones públicas utilizan estos fondos para financiar programas sociales, educación y obras públicas.
No obstante, expertos presuntamente advierten que las loterías funcionan más como un impuesto regresivo, ya que los sectores de menores recursos destinan una proporción mayor de su ingreso a comprar boletos, en comparación con las clases altas.
Desde una perspectiva histórica, el interés por los juegos de azar en Estados Unidos se remonta al siglo XIX, cuando se legalizaron las primeras loterías para financiar proyectos estatales.
Sin embargo, a lo largo de los años, la regulación ha variado, y en algunos estados las loterías fueron prohibidas y luego reintroducidas, en un ciclo que refleja el complejo equilibrio entre regulación, recaudación y debates éticos.
Supuestamente, la popularidad de las loterías ha contribuido a que el país tenga una de las tasas de participación en juegos de azar más altas del mundo, con millones de personas soñando con ganar un premio que podría cambiar sus vidas.
La fiebre por la Powerball y otros sorteos similares no muestra signos de disminuir, consolidándose como una de las principales formas de entretenimiento y esperanza económica en Estados Unidos.