El pago mensual promedio de Seguridad Social para jubilados superará los 1.830 euros en junio de 2025, marcando un hito histórico en sus 90 años de historia. Sin embargo, la pérdida de poder adquisitivo y las reformas recientes plantean desafíos para los beneficiarios.

Desde la creación de la Seguridad Social en 1935, su objetivo principal ha sido proporcionar una base económica sólida para la población de avanzada edad en Estados Unidos, hoy en día equivalente a aproximadamente 1.830 euros en la actualidad. Este sistema ha sido fundamental para reducir la pobreza entre los mayores, ayudando a sacar a más de 20 millones de personas de la pobreza en 2023, según datos del Centro sobre Presupuesto y Políticas Fiscales.

En sus primeros años, los beneficios eran modestos, pero con el tiempo y los ajustes periódicos, han ido creciendo. La Administración del Seguro Social (SSA) publica mensualmente un informe que detalla la distribución de pagos y estadísticas relevantes. En abril de 2025, la cantidad total entregada en beneficios tradicionales alcanzó los 122.300 millones de euros, repartidos entre casi 70 millones de beneficiarios.

De estos, aproximadamente el 76% son jubilados, con una media mensual que en abril fue de 1.830 euros. Esto representa un aumento significativo respecto a años anteriores, cuando el pago promedio en febrero de 2025 fue de unos 1.760 euros. La tendencia indica que, en junio de 2025, la cifra superará por primera vez en la historia los 1.830 euros, un umbral psicológico importante para los pensionistas.

El incremento en los beneficios no es solo por la inflación, sino también por los ajustes periódicos que la SSA realiza para mantener el poder adquisitivo.

Sin embargo, la realidad económica de los jubilados es más compleja. Aunque las cantidades nominales han aumentado, el valor real del dinero ha disminuido significativamente desde el año 2000. La inflación acumulada, calculada con el Índice de Precios al Consumidor (IPC), muestra que la capacidad de compra de un dólar de Seguridad Social ha caído un 36% en los últimos 23 años.

Este descenso en el poder adquisitivo se debe a que el IPC, utilizado para calcular los ajustes anuales, se basa en gastos de una población activa que no refleja los hábitos de consumo de los mayores, quienes destinan una mayor proporción de sus ingresos a la vivienda y atención médica.

Como resultado, los beneficios de Seguridad Social no han mantenido completamente el ritmo de la inflación en estos rubros, provocando una pérdida de capacidad de compra para los jubilados.

A pesar de que los beneficios nominales están en aumento y alcanzarán cifras históricas en 2025, el valor real del dinero que reciben los pensionistas continúa en declive.

La pérdida de poder adquisitivo hace que muchos jubilados tengan que ajustar sus gastos o buscar otras fuentes de ingreso para mantener su calidad de vida.

En conclusión, aunque en junio de 2025 el pago promedio superará los 1.830 euros, la realidad económica de los beneficiarios requiere una atención continua. La creciente brecha entre los beneficios nominales y el poder de compra real plantea desafíos para la sostenibilidad del sistema y la protección de sus beneficiarios en un contexto de inflación persistente y cambios en las políticas sociales.

La historia de la Seguridad Social refleja tanto sus logros como los desafíos que aún enfrentan las generaciones mayores en busca de una vejez digna y segura.