El aumento de la tensión entre EE.UU. y Canadá, junto con la incertidumbre política y económica, está reduciendo el interés de los canadienses en adquirir propiedades en Estados Unidos. La disminución en la demanda afecta tanto el mercado inmobiliario como la economía de ambos países, en un contexto histórico de fluctuaciones y cambios en las políticas comerciales y migratorias.
En los últimos meses, el mercado inmobiliario en Estados Unidos ha experimentado una notable desaceleración, en parte motivada por las crecientes tensiones políticas y comerciales con Canadá.
Los canadienses, que durante la última década se posicionaron como uno de los principales grupos de compradores extranjeros de propiedades residenciales en EE.UU., están reduciendo significativamente su interés en adquirir bienes raíces en el país vecino.
Según datos de la Asociación Nacional de Realtors, en 2024 Canadá representó aproximadamente el 13% de las compras inmobiliarias de extranjeros en EE.UU., superando a países como China y México. Sin embargo, en el primer trimestre de 2025, esa cifra ha bajado notablemente, con un aumento en las propiedades en venta en áreas como Maricopa County, Arizona, donde más de 700 viviendas han sido listadas en comparación con solo 100 del mismo período en 2024.
Este cambio refleja no solo una tendencia temporal, sino también una percepción de mayor incertidumbre entre los compradores canadienses.
Históricamente, Canadá y EE.UU. han mantenido una relación económica estrecha, marcada por intercambios comerciales y migratorios que han fortalecido ambos países. Sin embargo, en los últimos años, las políticas tarifarias y las disputas comerciales han generado un ambiente de inseguridad para los inversores. La imposición de aranceles por parte de EE.UU. y las respuestas de Canadá, junto con las tensiones en torno a temas migratorios y políticos, han afectado la confianza de los canadienses para invertir en propiedades en el extranjero.
El impacto de estas tensiones se refleja en el mercado de bienes raíces. Mientras que en años anteriores los canadienses lideraban las compras en zonas cálidas como Florida, Arizona y California, ahora muchos están optando por esperar o vender sus propiedades.
En algunas áreas, como el condado de Maricopa, se ha observado un aumento en las ventas y en la oferta de viviendas, lo cual puede afectar los precios en los próximos meses.
Este fenómeno no solo tiene implicaciones para los compradores, sino también para la economía de ambos países. La caída en la demanda de propiedades por parte de los canadienses puede traducirse en una menor inversión extranjera y en un impacto negativo en sectores relacionados, como el turismo y los servicios inmobiliarios.
Además, la situación económica de Canadá también se ha visto afectada. El debilitamiento del dólar canadiense frente al dólar estadounidense, impulsado por una serie de tarifas y conflictos comerciales, ha encarecido las compras en EE.UU. para los canadienses. Algunos analistas advierten que Canadá podría entrar en lo que llaman una recesión inducida por la guerra comercial, que podría extenderse hasta finales de 2025 si no se logra un acuerdo para reducir las tarifas.
Por otro lado, la percepción de EE.UU. como un país acogedor y seguro también se ha visto mermada. La postura de la administración estadounidense en temas migratorios y las recientes controversias políticas han generado preocupación entre los inversores extranjeros, incluyendo a los canadienses.
La presencia de notas desagradables en los vehículos con placas canadienses y la incertidumbre general han contribuido a un deterioro en la confianza.
En conclusión, el aumento de las tensiones comerciales y políticas entre EE.UU. y Canadá ha comenzado a afectar el mercado inmobiliario, reduciendo la demanda de compradores canadienses y generando incertidumbre económica en ambos lados de la frontera.
La recuperación dependerá en gran medida de la capacidad de los gobiernos para negociar y reducir las tensiones, así como de la percepción de estabilidad y seguridad en la región.
Mientras tanto, los inversionistas y propietarios deben estar atentos a estas dinámicas que, aunque actualmente representan una desaceleración, podrían tener consecuencias duraderas en el mercado de bienes raíces en Norteamérica.