Se rumorea que las recientes reformas en la ley tributaria de EE. UU. podrían desencadenar una nueva ola de inflación, afectando los bolsillos de los consumidores y la economía global.

Supuestamente, la reciente aprobación de una ley tributaria en Estados Unidos en julio de 2025 podría tener efectos económicos significativos, en particular un posible repunte en la inflación.

La legislación, que algunos políticos y analistas llaman la 'Gran Ley Fiscal', incluye una serie de beneficios y deducciones que, según las estimaciones, podrían beneficiar a los contribuyentes de altos ingresos en mayor medida.

Esto, presuntamente, podría reactivar la economía de manera inesperada, pero también genera preocupaciones entre economistas y estrategas sobre un posible aumento en los precios.

Se dice que, debido a la naturaleza retroactiva de la reforma fiscal, los contribuyentes podrían recibir reembolsos de impuestos mucho más altos de lo habitual en los próximos meses.

Presuntamente, la Oficina de Impuestos Internos (IRS) enviará en promedio reembolsos de aproximadamente 3.000 euros a unos 104 millones de contribuyentes en Estados Unidos, cantidad que podría ser aún mayor si se consideran los beneficios adicionales. Este incremento en los reembolsos tendría un efecto estimulante en el consumo, similar al de los estímulos económicos implementados durante la pandemia, pero con un impacto potencialmente más prolongado.

Algunos analistas, como David Kelly de JP Morgan Asset Management, sugieren que esta inyección de dinero en la economía podría generar una 'sobrecarga' de demanda, presionando los precios al alza.

Kelly comenta que la economía podría experimentar un aumento en la inflación, lo que obligaría a la Reserva Federal a tomar medidas para controlarla.

Sin embargo, presuntamente, las políticas monetarias aún son acomodaticias, y muchos expertos creen que la inflación podría ser más persistente de lo esperado.

Por otro lado, otros economistas, como Ed Al-Hussainy de Columbia Threadneedle Investments, opinan que estas preocupaciones podrían estar exageradas.

Según supuestamente sus análisis, los datos recientes muestran que el gasto de los consumidores continúa siendo sólido, con incrementos en las ventas navideñas que superan las expectativas, incluso en un contexto de inflación moderada.

No obstante, la inquietud principal radica en que la combinación de mayores beneficios fiscales y una política monetaria aún flexible pudiera generar presiones inflacionarias, obligando al Banco Central a elevar las tasas de interés en el futuro cercano.

Se estima que las tasas podrían subir en unos 0,25 puntos porcentuales en la próxima reunión de diciembre, según las predicciones del CME FedWatch.

Históricamente, reformas fiscales similares en el pasado han tenido efectos mixtos: algunas han estimulado el crecimiento, pero otras han contribuido a ciclos inflacionarios prolongados.

La experiencia en décadas anteriores muestra que cambios en la política fiscal y monetaria pueden tener un impacto duradero en la estabilidad económica.

En resumen, aunque la ley tributaria de 2025 podría parecer una medida para aliviar la carga fiscal de los contribuyentes, supuestamente también trae consigo riesgos inflacionarios que podrían afectar a la economía global.

La comunidad financiera continúa monitoreando de cerca estos desarrollos, ya que el equilibrio entre estímulo y control será clave para evitar una posible sobrecalentamiento económico en los próximos meses.

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