Aunque las tasas hipotecarias se sitúan en un mínimo de tres meses, la propiedad de vivienda sigue siendo inaccesible para muchos estadounidenses.

Las tasas de interés para hipotecas se encuentran cerca de un mínimo de tres meses, lo que ofrece un alivio temporal a los estadounidenses que buscan comprar o refinanciar su hipoteca.

En la semana que finalizó el 13 de marzo, las hipotecas a 30 años con tasa fija promediaron un 6,65%, según anunció Freddie Mac. Aunque este porcentaje ha aumentado ligeramente del 6,63% de la semana anterior, sigue siendo la cifra más baja desde mediados de diciembre.

Es importante destacar que estas cifras no incluyen tarifas ni puntos, y las tasas pueden variar significativamente en diferentes regiones del país.

A pesar de esta leve reducción, las solicitudes de hipotecas han registrado un aumento considerable en marzo, según la Asociación de Banqueros Hipotecarios.

Sin embargo, muchos estadounidenses consideran que la propiedad de vivienda se está volviendo cada vez más inaccesible, a medida que las tasas y los precios de las viviendas permanecen elevados.

Un estudio realizado por Northwestern Mutual, titulado "Estudio de Planificación y Progreso 2025", reveló que entre los estadounidenses que actualmente no son propietarios de una vivienda, el 53% afirma que ser propietario nunca será financieramente asequible, ni ahora ni en el futuro.

La mayor barrera, según los encuestados de todas las edades, es la necesidad de un pago inicial.

A pesar de este obstáculo, existen programas de asistencia para el pago inicial que han ayudado a los estadounidenses a superar esta dificultad durante muchos años.

De hecho, hay más programas disponibles que nunca, según Down Payment Resource, una organización con sede en Atlanta que rastrea estas iniciativas. Todos los 3,143 condados de EE. UU. tienen al menos un programa de este tipo, mientras que más de 2,000 condados ofrecen diez o más. El beneficio promedio de estos programas es de aproximadamente 18,000 euros.

Una historia inspiradora es la de Andrea Munoz, de 34 años, quien utilizó asistencia para el pago inicial de la ciudad de San Antonio cuando compró su primera vivienda este invierno.

Munoz, asistente de laboratorio clínico en un sistema de salud universitario y madre soltera de cinco hijos, enfrentó un diagnóstico de lupus durante uno de sus embarazos.

"Fue como un interruptor que se encendió, supe que tendría más días malos que buenos", comentó. "Necesitaba demostrar a mis hijos que aún se pueden hacer cosas buenas y crear recuerdos".

Tras varios años y múltiples intentos de trabajar con grupos de asesoramiento de vivienda, finalmente se puso en contacto con Neighborhood Housing Services (NHS), una organización sin fines de lucro.

"Estaba muy frustrada, sentía que nunca podría ser propietaria de una casa. Era como un sueño desvanecedor", compartió Munoz. Sin embargo, el personal de NHS la conectó con un agente inmobiliario y la ayudó a solicitar 12,000 euros de asistencia para el pago inicial a través de un programa llamado Homeownership Incentive Programs.

La sorpresa llegó cuando un funcionario de la ciudad la contactó para informarle que había sido seleccionada para recibir una subvención de 30,000 euros.

Con esa cantidad, Munoz pudo realizar un mayor pago inicial, reducir un poco su tasa de interés y cubrir parte de los costos de cierre. "Me siento tan bendecida", afirmó Munoz, y aconsejó a otros compradores potenciales: "no se rindan".

En resumen, aunque las tasas hipotecarias están en un punto bajo, los desafíos para acceder a la propiedad de vivienda persisten, y es crucial que los aspirantes a propietarios busquen y aprovechen las oportunidades de ayuda disponibles.