La compañía automotriz Ford está tomando medidas para mitigar el impacto de las interrupciones en el suministro de minerales raros, los aranceles y otros obstáculos comerciales que amenazan su producción y costos. Con un enfoque estratégico en la relocalización de proveedores y una gestión cuidadosa de los costos, Ford busca mantener su competitividad en un mercado global cada vez más desafiante.

En un contexto donde las cadenas de suministro globales enfrentan crecientes desafíos, Ford ha comenzado a adoptar nuevas estrategias para hacer frente a las interrupciones en el abastecimiento de minerales raros, esenciales para la fabricación de componentes electrónicos y otros elementos clave en la industria automotriz.

Estos minerales, como el neodimio y el lantano, son fundamentales para la producción de motores eléctricos, baterías y sistemas de asistencia en los vehículos modernos.

Históricamente, Estados Unidos y otros países han dependido en gran medida de China, que controla una gran parte de la extracción y procesamiento de estos minerales.

Sin embargo, las restricciones impuestas por exportaciones chinas y las políticas comerciales proteccionistas han generado incertidumbre en la cadena de suministro.

Como respuesta, Ford ha iniciado colaboraciones con proveedores estadounidenses y canadienses para diversificar sus fuentes de estos recursos, intentando reducir la dependencia de China y minimizar los retrasos en la producción.

Además, la compañía está explorando la relocalización de parte de su producción en Estados Unidos para reducir su exposición a aranceles de importación.

En 2018, la administración de Donald Trump impuso aranceles del 25% en autos y componentes importados, afectando a fabricantes como Ford. Aunque estos aranceles buscaron proteger a la industria nacional, también elevaron los costos de producción. Ford, que en 2022 reportó costos adicionales superiores a 1.300 millones de euros debido a estos gravámenes, ha trabajado en contratos a largo plazo para controlar los precios del acero y el aluminio, que también vieron incrementos significativos.

En respuesta a los aranceles, Ford ha centrado esfuerzos en ampliar la producción interna. Aproximadamente el 80% de los vehículos que vende en EE.UU. se ensamblan en plantas locales, y la mayoría de las piezas provienen de proveedores que cumplen con los acuerdos comerciales de EE.UU., México y Canadá. La automotriz también ha dialogado con sus proveedores para impulsar inversiones en capacidad en Estados Unidos, con el objetivo de reducir costos y tiempos de entrega.

El impacto de las políticas comerciales no solo afecta a los costos inmediatos. La administración Trump también implementó un sistema de reembolsos para algunos aranceles pagados en importaciones que cumplen con ciertos acuerdos, aunque Ford ha señalado que la gestión de estos reembolsos será compleja y puede generar cierta incertidumbre en sus resultados financieros de los próximos trimestres.

Por otro lado, la compañía está abierta a establecer alianzas estratégicas en el segmento de vehículos eléctricos (VE) y baterías. A pesar de los rumores sobre compartir instalaciones con competidores como Nissan en Kentucky, Ford afirma que busca colaboraciones que le permitan aumentar la eficiencia y reducir costos en un mercado que se vuelve cada vez más competitivo.

La inversión en tecnología y en la expansión de su infraestructura de producción de baterías continúa siendo una prioridad para la firma.

En términos internos, Ford ha promovido cambios culturales para adaptarse a las nuevas demandas del mercado. La contratación de especialistas en áreas clave y la reorganización de sus procesos internos reflejan un compromiso con la innovación y la agilidad.

La CEO, Sherry House, ha destacado la importancia de reducir la burocracia y fomentar una mayor colaboración entre departamentos para acelerar la toma de decisiones.

En conclusión, Ford está enfrentando un escenario complejo marcado por la escasez de minerales raros, aranceles y cambios en la política comercial internacional.

La estrategia de diversificación de proveedores, la relocalización de producción y la búsqueda de alianzas en el sector de movilidad eléctrica son pasos clave en su plan para mantener su liderazgo y adaptarse a un entorno global en constante evolución.

La empresa continúa monitoreando estos factores y ajustando sus operaciones para minimizar el impacto en sus costos y en la entrega de vehículos a sus clientes en todo el mundo.