Un nuevo informe revela que una gran parte de la población estadounidense enfrenta dificultades financieras, incluso aquellos con ingresos altos, y se ven obligados a recurrir a costosos préstamos a corto plazo.
En un análisis reciente llevado a cabo por la plataforma de finanzas comunitarias SoLo, se ha puesto de manifiesto que el fenómeno de vivir al día afecta a una proporción creciente de estadounidenses, no solo a aquellos de la clase trabajadora.
Según el Informe de Liquidez 2025, casi la mitad de los adultos encuestados experimentan lo que se denomina "pobreza de efectivo", lo que significa que no cuentan con suficiente dinero líquido para cubrir gastos imprevistos.
Este informe se basa en una muestra de 2,000 adultos y revela que los gastos inesperados promedio para una familia son de aproximadamente 1,700 euros, una cifra que ha aumentado significativamente en los últimos años.
Sorprendentemente, el 14% de los estadounidenses que se consideran "pobres en efectivo" tienen ingresos anuales superiores a 75,000 euros. Esto indica que incluso quienes tienen empleos bien remunerados y poseen propiedades no son inmunes a la falta de liquidez. La investigación también señala que las mujeres constituyen el 54% de este grupo vulnerable, y que la mayoría de los afectados son millennials y miembros de la Generación X, un segmento demográfico que enfrenta desafíos únicos en el actual mercado laboral.
A medida que los gastos imprevistos se acumulan, muchos estadounidenses se ven obligados a recurrir a préstamos a corto plazo, que a menudo vienen con tasas de interés exorbitantes.
En 2024, se estima que los ciudadanos pagaron más de 39 mil millones de euros en tarifas para obtener estos préstamos, un aumento del 34% respecto al año anterior.
Estos costos son adicionales a las altas tasas de interés que ya enfrentan en tarjetas de crédito, que pueden superar el 20%.
Entre las opciones de financiación rápida que utilizan los estadounidenses, se encuentran las tarjetas de crédito subprime, que tienen un costo promedio de un 48%, así como los préstamos de día de pago, que rondan el 35%.
Aunque el acceso anticipado a salarios ganados puede ofrecer tarifas más bajas (alrededor del 13% en promedio), muchas personas terminan atrapadas en un ciclo de deudas debido a la presión de cubrir gastos inesperados como emergencias médicas o reparaciones del hogar.
El informe de SoLo destaca una tendencia alarmante: una creciente dependencia de préstamos de amigos y familiares, que se ha incrementado del 38% al 43% en la última década.
Esta situación pone de manifiesto la vulnerabilidad de los estadounidenses en un entorno económico incierto, donde los gastos impredecibles se han convertido en la norma.
Históricamente, la pobreza de efectivo no es un fenómeno nuevo en Estados Unidos, pero su prevalencia entre los grupos de ingresos medios y altos es un signo preocupante de la creciente desigualdad económica.
A medida que la inflación y los costos de vida continúan aumentando, es crucial que las políticas públicas se centren en soluciones sostenibles para ayudar a las familias a manejar sus finanzas de manera más efectiva y evitar que caigan en el ciclo de la deuda.
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