Descubre cómo una técnica de inversión simple y efectiva puede ayudarte a alcanzar la independencia financiera y convertirte en millonario para tu retiro, incluso empezando con cantidades modestas y sin necesidad de predecir el mercado.

Conseguir la jubilación de tus sueños y acumular un patrimonio millonario puede parecer una tarea complicada, pero supuestamente existe una estrategia de inversión que simplifica todo el proceso y aumenta significativamente tus probabilidades de alcanzar esa meta.

Se trata de la técnica conocida como promediación del coste en dólares, o dollar-cost averaging, que ha ganado popularidad entre expertos y particulares por igual.

Supuestamente, esta estrategia consiste en invertir una cantidad fija de dinero en intervalos regulares, sin preocuparse por las fluctuaciones del mercado.

En lugar de intentar predecir cuándo será el mejor momento para comprar, el inversor realiza aportaciones constantes, comprando más acciones cuando los precios son bajos y menos cuando son altos.

Con el tiempo, esto ayuda a suavizar el coste promedio de las inversiones y reduce el riesgo de grandes pérdidas en momentos de caída del mercado.

Históricamente, esta técnica ha demostrado ser altamente efectiva, especialmente cuando se combina con vehículos de inversión como los fondos cotizados (ETFs).

Los ETFs permiten a los inversores diversificar fácilmente su portafolio sin necesidad de realizar análisis complejos, y suelen requerir una inversión inicial modesta, lo que facilita comenzar con cantidades pequeñas.

Supuestamente, si un joven de 25 años empieza a invertir 450 euros mensuales en un ETF que promedie una rentabilidad anual del 12%, podría acumular cerca de 4,8 millones de euros en 40 años.

Esta cifra equivale a cerca de 5,4 millones de euros en moneda local, considerando la conversión a euros. Por otro lado, si una persona de 35 años inicia con la misma cantidad, pero solo durante 30 años, su patrimonio sería aproximadamente 2,7 millones de euros.

El poder del interés compuesto, que es la generación de beneficios sobre beneficios acumulados, es fundamental en esta estrategia. Cuanto antes se empiece, mayor será el capital final, incluso con aportaciones mensuales relativamente pequeñas. Para quienes tienen menos años hasta su jubilación, aumentar las aportaciones mensual puede generar resultados igualmente sorprendentes.

Supuestamente, algunos de los ETFs más recomendados para esta estrategia son: el ETF Vanguard S&P 500, que ha tenido un retorno del 12,8% en la última década; el ETF Vanguard Growth, con un rendimiento del 15,3%; y el Invesco QQQ Trust, que ha obtenido un 17,7% anual en los últimos diez años.

Además, hay opciones orientadas a dividendos como el Schwab U.S. Dividend Equity ETF, con un rendimiento promedio del 12,2% desde su creación en 2011.

Supuestamente, para los inversores más arriesgados, el ETF ARK Next Generation Internet, con un retorno del 18,2% anual, puede ofrecer grandes oportunidades, aunque también presenta mayor volatilidad.

En la historia de las inversiones, esta estrategia ha sido utilizada por grandes inversores y fondos de pensiones para garantizar rentabilidades consistentes a largo plazo.

La clave está en la disciplina y la constancia, sin dejarse llevar por las emociones o las tendencias del mercado.

Supuestamente, si se mantiene esta constancia, incluso con aportaciones modestas, el patrimonio puede crecer exponencialmente gracias a la magia del interés compuesto.

La buena noticia es que no es necesario ser un experto ni tener mucho dinero para empezar; lo importante es comenzar cuanto antes y mantener la inversión.

En definitiva, esta sencilla técnica de promediar los costes y aprovechar los ETFs puede ser la estrategia más efectiva para alcanzar la libertad financiera y retirarse con millones en el bolsillo, siempre que se acompañe de paciencia y disciplina a largo plazo.