La Universidad de Purdue en Indiana continúa con su histórica política de congelar las tarifas de matrícula por decimotercer año consecutivo, a pesar de los incrementos en los costos de vida y educación. Solo se aplicarán cargos adicionales a estudiantes internacionales y en ciertos programas especializados, que verán pequeños aumentos en sus tarifas.
La Universidad de Purdue, ubicada en West Lafayette, Indiana, ha establecido una notable tradición en mantener congeladas las tarifas de matrícula durante 13 años consecutivos, una de las políticas más longevas en Estados Unidos.
Esta decisión, que comenzó en el año académico 2012-2013, busca aliviar la carga financiera de los estudiantes y sus familias en un contexto de crecientes costos educativos y de vida.
Supuestamente, la política de congelamiento se ha mantenido a pesar de los incrementos en los gastos operativos de la universidad, que en años recientes han aumentado en torno a un 4% anual, lo que equivale aproximadamente a unos 3.60 euros por año en términos actuales. La universidad ha argumentado que esta estrategia fomenta la accesibilidad y la planificación a largo plazo para los estudiantes.
Para el año fiscal 2026, que comienza en otoño, Purdue ha anunciado que continuará con esta política de no incrementar las tarifas de matrícula para los estudiantes residentes del estado, además de mantener los precios en sus campus satélites en Fort Wayne y Northwest Indiana.
Sin embargo, supuestamente, se implementarán pequeños aumentos para estudiantes internacionales y en programas específicos. Los estudiantes internacionales pagarían aproximadamente 550 euros más en concepto de tarifas adicionales, mientras que aquellos inscritos en carreras de ingeniería, ciencias de la computación y data science en la Escuela de Negocios Daniel verían un aumento de unos 50 euros, destinado a cubrir necesidades particulares de estos programas.
Estos incrementos, que representan un 3% adicional sobre las tarifas actuales, están supuestamente destinados a financiar mejoras en la infraestructura educativa y servicios de apoyo para estos grupos específicos de estudiantes.
La universidad sostiene que estos fondos adicionales son imprescindibles para mantener la calidad académica y atender las necesidades particulares de los alumnos internacionales, quienes representan aproximadamente el 10% de la matrícula total.
Históricamente, Purdue ha sido pionera en políticas de accesibilidad universitaria. Desde 2012, ha evitado aumentos en las tarifas, incluso durante periodos de recesión económica y crisis presupuestarias en otras instituciones. La estrategia ha sido vista por muchos como una forma de mantener a Purdue competitiva frente a otras universidades públicas y privadas en Estados Unidos.
En comparación, otras universidades en Indiana han optado por aumentos que oscilan entre el 5% y el 8% en sus tarifas, lo que ha generado cierta percepción de exclusión para estudiantes internacionales y de bajos ingresos.
La política de Purdue, por tanto, se ha convertido en un ejemplo a seguir en cuanto a la gestión responsable de los costos educativos.
De cara al futuro, la universidad no tiene previsto modificar esta política en los próximos años, reafirmando su compromiso con la accesibilidad y la estabilidad financiera de sus estudiantes.
La decisión también responde a una tendencia más amplia en el sector educativo, donde muchas instituciones buscan reducir el impacto de la inflación y los costos en la matrícula para atraer y retener a la mayor cantidad posible de estudiantes.