Reanudación de cobros a prestatarios en incumplimiento podría impactar el historial crediticio y las condiciones de crédito; esto podría traducirse en mayores dificultades para acceder a préstamos y servicios financieros.

Un nuevo capítulo en la historia de la deuda educativa podría empezar a escribirse pronto en Estados Unidos: la reactivación de cobros para préstamos estudiantiles en default.

Según el análisis de expertos, más de cuatro millones de prestatarios están técnicamente en incumplimiento, es decir, con 270 días de atraso, aunque aún no se reflejan en los historiales crediticios.

Una vez que estas cuentas se reporten a las agencias de crédito, el impacto podría verse de inmediato en las puntuaciones y en la capacidad de obtener crédito en los próximos años.

Los datos oficiales señalan que, si se completa el reporte, podría haber casi 10 millones de prestatarios en default dentro de la cartera federal, lo que equivaldría a casi un cuarto del total de préstamos federales.

Esa cifra, de ser precisa, sería un récord y aumentaría la presión sobre quienes ya atraviesan dificultades para pagar. En medio de estas cifras, los analistas advierten que la verdadera carga se sentirá cuando la información se suba a las bases de datos de crédito y se utilicen para fijar tasas de interés y condiciones de préstamos futuros.

Del lado práctico, cuando un pago está 90 días o más atrasado, el atraso pasa a ser reportado a las centrales de crédito. Eso suele traducirse en caídas de puntuación y, a la larga, en limitaciones para obtener hipotecas, préstamos para autos o tarjetas de crédito. Además, podrían aplicarse cobros adicionales, como deducciones de ingresos, embargos salariales o retención de beneficios como devoluciones de impuestos o, en algunos casos, pagos de la Seguridad Social.

Estas medidas pueden impactar a los hogares de ingresos bajos, que ya enfrentan tensiones presupuestarias y gastos esenciales.

El panorama no se limita a una cifra. Expertos señalan que la problemática no terminará de verse hasta 2026, cuando la contabilidad y el registro de pagos se vuelven visibles en los reportes oficiales.

Esa dinámica de retraso entre lo que se acumula y lo que se informa podría traducirse en una caída más abrupta de las puntuaciones de crédito de millones de personas.

En palabras de Nestler, economista senior de KPMG, es un ritmo notablemente rápido de transición hacia la morosidad grave desde que se recopilan estos datos.

Qué hacer si te afecta: lo primero es no permitir que las demoras se conviertan en un registro definitivo. Si estás al borde de la morosidad seria, contacta de inmediato a tu administrador de préstamos para explorar planes de pago alternativos, como planes basados en ingresos, aplazamientos o programas de condonación.

La consolidación puede ser una ruta inteligente para quienes buscan el PSLF (Public Service Loan Forgiveness) o para quienes quieren asegurar acceso a planes de ingresos actuales antes de que cambien las reglas.

Si tienes crédito sólido, la refinanciación de préstamos privados podría reducir tus pagos mensuales o los intereses, aunque no siempre es adecuada para todos.

En cualquier caso, no dejes de dialogar con el servicio de préstamos para evitar que surjan soluciones que ya no estén disponibles si caes más en la morosidad.

Como dato histórico, conviene recordar que la política de préstamos estudiantiles ha cambiado varias veces en la última década: reformulaciones, moratorias temporales y la creación de planes de cancelación para el sector público han modulado la carga de las deudas para millones de jóvenes.

A nivel global, la discusión sobre la deuda estudiantil ha sido un tema recurrente en la agenda de educación y finanzas, con implicaciones para la movilidad social y el acceso a la vivienda.

Supuestamente, un endurecimiento de las condiciones de cobro podría acelerarse si la inflación persiste y las tasas de interés se mantienen elevadas durante los próximos años.

En escenarios hipotéticos, una deuda promedio de 32.000 USD equivaldría a aproximadamente 29.400 EUR con una tasa de cambio de 1 USD = 0,92 EUR, lo que ayuda a entender el peso real de estas obligaciones para familias europeas conectadas a sistemas educativos y financieros globales.

En suma, la vuelta de los cobros para préstamos en default marca un umbral importante para prestatarios y para el sistema de crédito estadounidense.

Quienes logren negociar condiciones, explorar consolidaciones o beneficiarse de programas de ayuda pueden mitigar el golpe, pero la mayoría deberá prepararse para cambios en su historial crediticio y en su capacidad de acceso a crédito durante los años venideros.