Varias grandes corporaciones están resistiendo las políticas del gobierno de Donald Trump relacionadas con la diversidad, equidad e inclusión (DEI), y aunque la tendencia inicial se ha desacelerado, muchas mantienen su compromiso con estos valores estratégicos.
A pesar de las recientes acciones del gobierno de Donald Trump para limitar las políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) en el sector empresarial, varias compañías de gran tamaño están mostrando resistencia y reafirmando su compromiso con estos principios.
La tensión entre las directrices del gobierno y la postura de las empresas se ha convertido en un tema central en los debates sobre responsabilidad social corporativa y estrategia empresarial.
Supuestamente, durante meses, la amenaza del expresidente Trump de retirar contratos federales a aquellas empresas que promovieran políticas DEI más inclusivas generó un cambio radical en la actitud del sector privado.
Muchas compañías, temerosas de perder importantes contratos públicos y su reputación, aceleraron la revisión y modificación de sus políticas DEI.
Sin embargo, un reciente estudio realizado por Gravity Research indica que esta tendencia se ha desacelerado en los últimos meses.
Según el análisis, la aceleración en los cambios relacionados con la diversidad y la inclusión ocurrió principalmente en los primeros meses tras la toma de posesión de Trump en enero de 2025.
En ese período, cerca del 80% de las modificaciones en las políticas de las empresas de la lista Fortune 1000 y en ligas deportivas ocurrieron después de su investidura.
La mayoría de estas reformas afectaron objetivos de contratación, representación en puestos directivos y la reestructuración de los programas de DEI.
Supuestamente, muchas de estas compañías reorientaron sus esfuerzos, rebautizando sus iniciativas con nombres menos polémicos, como 'inclusión y pertenencia', y modificando los títulos de sus responsables en diversidad a cargos más neutrales, como 'vicepresidente de estrategia de talento' o 'jefe de compromiso con las personas'.
Además, la mención explícita a 'DEI' comenzó a desaparecer de informes corporativos, presentaciones regulatorias y sitios web institucionales.
A pesar de estos cambios superficiales, presuntamente, las empresas continúan comprometidas con los valores de inclusión y diversidad, ya que un 80% de ellas manifestó seguir apoyando estos conceptos, solo que bajo diferentes denominaciones.
La presión de grupos activistas pro-DEI y las recientes decisiones de organismos como la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo han contribuido a que muchas compañías mantengan sus políticas en la sombra, evitando una retirada total.
Históricamente, la resistencia de las corporaciones a las políticas gubernamentales restrictivas no es nueva. En los años 60 y 70, muchas empresas enfrentaron presiones similares por promover la igualdad racial y de género. Sin embargo, la diferencia ahora radica en el impacto social y reputacional en un entorno cada vez más digitalizado y consciente de la diversidad.
Supuestamente, algunos críticos, como el activista Paul Chesser, acusan a las empresas de realizar cambios meramente cosméticos para engañar a consumidores y accionistas, manteniendo en secreto sus verdaderas intenciones.
Pero, en contraste, numerosos líderes empresariales argumentan que la diversidad y la inclusión son estrategias fundamentales para la innovación, el desempeño y la resiliencia a largo plazo.
En conclusión, aunque la tendencia inicial de una retirada rápida en las políticas DEI se ha desacelerado, muchas compañías siguen respaldando estos principios, adaptándolos a un nuevo contexto político y social.
La vigilancia y presión social, junto con posibles futuras acciones del gobierno, definirán si estas transformaciones son solo superficiales o si representan un compromiso duradero con la diversidad y la inclusión en el mundo corporativo.