Un estudio revela que 31 millones de estadounidenses acumularon deudas médicas por valor de 68.5 mil millones de euros en 2024.

Un reciente estudio realizado por West Health y Gallup ha revelado que aproximadamente 31 millones de estadounidenses han acumulado una asombrosa deuda médica de 68.5 mil millones de euros en 2024. Esta situación plantea serios problemas para muchas familias que luchan por equilibrar sus gastos médicos con otros compromisos financieros.

Con el aumento constante de los costos de atención médica en Estados Unidos, la deuda médica se ha convertido en un desafío significativo. De hecho, la deuda médica se ha triplicado en la última década, lo que ha llevado a muchas familias a enfrentar decisiones difíciles sobre su atención médica.

La investigación también indica que el 1 de cada 5 encuestados ha tenido que renunciar a tratamientos médicos necesarios debido a la falta de fondos.

Para aquellos que tienen acceso a cuentas de gasto flexible (FSA, por sus siglas en inglés) en sus trabajos, hay una luz al final del túnel. Estas cuentas permiten a los empleados gestionar gastos médicos y de cuidado dependiente sin pagar impuestos sobre esos fondos. Cada plan tiene sus propias directrices, incluidas fechas límites que varían de un empleador a otro.

Las cuentas de gasto flexible para la atención médica solían tener una regla de "úsalo o piérdelo" durante el año calendario, pero estas normas se han flexibilizado.

Actualmente, los empleadores suelen ofrecer dos opciones: la posibilidad de transferir fondos al siguiente año o un período de gracia para reembolsos.

Es crucial que los empleados verifiquen qué opción aplica a su plan. Si tienen la opción de transferencia, cualquier saldo restante al final del año calendario, hasta un máximo de 660 euros, se trasladará a la cuenta del año siguiente, dándoles 12 meses adicionales para gastar esos fondos.

Si su plan tiene un período de gracia, los empleados tienen hasta el 15 de marzo para incurrir en costos y hasta el 31 de marzo para enviar solicitudes de reembolso.

En este contexto, es recomendable revisar los recibos del año anterior para ver si hay compras que califiquen para el reembolso de la FSA. Desde analgésicos hasta radiografías, muchos tipos de gastos médicos pueden ser elegibles. Para mayor certeza, se sugiere comprobar el sitio web del IRS o las secciones de FSA en los sitios de grandes minoristas.

Para aquellos que no logran gastar todos los fondos de su FSA en los primeros meses del nuevo año, generalmente es demasiado tarde para ajustar las contribuciones del año en curso, a menos que cambien de empleo.

Sin embargo, ahora que son conscientes de esta situación, pueden planificar mejor para el próximo año. Si tienen la opción de transferir fondos del año anterior, puede ser estratégico hacerlo si se prevé un gasto médico considerable, como una cirugía electiva.

Es importante comparar las cuentas de ahorro para la salud (HSA) con las FSA. Las HSA no tienen plazos de reembolso, lo que permite que los fondos se acumulen indefinidamente. Sin embargo, hay detalles adicionales que considerar, como la necesidad de estar inscrito en un plan de salud con deducible alto. También, si se está moviendo de una FSA patrocinada por el empleador a una HSA, no podrán contribuir a la HSA hasta que el saldo de la FSA llegue a cero.

Las cuentas para el cuidado de dependientes no ofrecen tantas opciones como las cuentas de salud. Los fondos deben gastarse durante el año calendario que cubre el beneficio, aunque pueden tener un período de gracia para las solicitudes de reembolso.

Por suerte, es más fácil estimar cuánto se necesitará para el cuidado de dependientes que para los gastos de salud.

Con estos datos, queda claro que es vital estar informado sobre las opciones disponibles y actuar con rapidez para aprovechar al máximo los beneficios financieros que ofrecen las cuentas de gasto flexible.