Ford advierte que los aranceles pueden perjudicar a los fabricantes estadounidenses frente a la creciente competencia de las marcas chinas.

La industria automotriz en Estados Unidos se encuentra en una encrucijada, con la amenaza de la competencia china y la incertidumbre que generan los aranceles impuestos por el gobierno.

John Lawler, vicepresidente de Ford Motor Co., ha expresado que los aranceles no solo representan un riesgo inmediato, sino que también dificultan la capacidad de los fabricantes estadounidenses para competir con los gigantes automotrices de China.

Durante una reciente conferencia de Bank of America, Lawler subrayó que, aunque los aranceles pueden ofrecer una protección temporal, en realidad, debilitan la posición de los fabricantes estadounidenses en el largo plazo.

“No podemos negar que los fabricantes chinos están llegando, y son una fuerza formidable”, afirmó Lawler. Esta situación se agrava ante la creciente popularidad de marcas chinas como BYD, que ha superado en ventas a los tres principales fabricantes de Detroit en el primer trimestre de 2025.

A pesar de que Ford reportó ganancias de 900 millones de euros en su división en China el año pasado, la situación en el mercado está cambiando rápidamente.

Lawler indicó que los beneficios en el sector automotriz chino han disminuido un 40% en los últimos tres años, lo que refleja una transformación en el panorama competitivo.

“El entorno en China ha cambiado drásticamente y la competencia está llegando al mercado estadounidense”, advirtió.

En el contexto de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el presidente Donald Trump había anunciado aranceles del 25% sobre vehículos importados, lo que ha creado un clima de incertidumbre en la industria automotriz.

Sin embargo, es evidente que los fabricantes estadounidenses necesitan innovar y adaptarse a las nuevas realidades del mercado global. “Para competir con empresas como BYD, debemos considerar asociaciones y joint ventures, ya que nadie puede afrontar estos cambios de manera independiente”, señaló Lawler.

La marca BYD ha experimentado un crecimiento impresionante, con un aumento del 58% en las ventas globales en el primer trimestre de 2025, alcanzando casi un millón de vehículos vendidos.

Esto incluye 416,388 vehículos totalmente eléctricos, lo que demuestra la fuerte inversión de la empresa en tecnología de electrificación y desarrollo de producto.

Con planes para vender 5.5 millones de vehículos en 2025, el objetivo de BYD es claro: dominar el mercado global.

En comparación, Ford vendió 501,291 vehículos en el mismo período, mientras que General Motors y Stellantis vendieron 693,363 y 293,225 vehículos, respectivamente.

La competencia no solo proviene de la creciente cuota de mercado de los fabricantes chinos, sino también de la necesidad de las marcas estadounidenses de adaptarse a las nuevas tecnologías y las expectativas de los consumidores en un mundo donde la electrificación y la sostenibilidad son cada vez más importantes.

El futuro de la industria automotriz estadounidense depende de su capacidad para innovar y adaptarse a este nuevo entorno competitivo. Lawler concluyó que, si bien Ford está bien posicionada para enfrentar estos desafíos, el camino hacia adelante requerirá un enfoque colaborativo y estratégico para asegurar su relevancia en el mercado global.

“El cambio está aquí, y es solo el comienzo. El tiempo dirá quiénes son los verdaderos ganadores en esta nueva era de la automoción”, agregó.

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