La Agencia Tributaria de España implementará nuevas medidas para fiscalizar a personas con evidentes signos de riqueza que no coinciden con sus declaraciones fiscales. Se prevén cambios en el lenguaje administrativo y el uso de inteligencia artificial para mejorar la asistencia al ciudadano.
La Agencia Tributaria de España ha dado a conocer su Plan Anual de Control Tributario para el año 2025, que incluye medidas concretas dirigidas a individuos que exhiben signos evidentes de riqueza, pero que sus declaraciones de impuestos no reflejan tal situación.
Esta iniciativa se basa en el análisis de hasta cuatro millones de documentos anualmente, que abarcará inspecciones relacionados con el IVA, el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y otros trámites de recaudación.
El plan, que fue publicado el 17 de marzo de 2025, forma parte de un enfoque más amplio para combatir el fraude fiscal y se centrará en el control de operaciones que puedan ocultar cambios significativos en el patrimonio de los contribuyentes.
En particular, la vigilancia se incrementará en aquellos que utilizan herramientas ilegítimas para evadir impuestos o que ocultan su situación financiera a través de estructuras legales complejas.
Esta estrategia se complementa con la implementación de inteligencia artificial para anticipar las necesidades de los ciudadanos en la asistencia tributaria, una medida que busca optimizar la atención al contribuyente.
A partir de este año, se espera que la agencia utilice tecnologías avanzadas para adaptar sus servicios a la demanda diaria de los usuarios, mejorando así la eficiencia y accesibilidad de sus procedimientos.
Además, la Agencia Tributaria también intensificará su enfoque en los llamados "neobancos", plataformas financieras digitales que han crecido en popularidad en los últimos años.
Las investigaciones se centrarán en cómo estas instituciones pueden estar vinculadas a prácticas de blanqueo de capitales, especialmente en el contexto de organizaciones criminales que buscan lavar dinero a través de medios virtuales.
Por otra parte, el control de la economía sumergida también se reforzará mediante la supervisión de sectores con alto riesgo de ocultismo fiscal.
Esto incluye el análisis de contribuyentes que utilizan sistemas de pago radicados fuera de España para evitar su responsabilidad ante la Agencia Tributaria.
Históricamente, la Agencia ha llevado a cabo reformas significativas para mejorar su capacidad de fiscalización. Desde la introducción de sistemas más complejos de supervisión hasta el establecimiento de comunicaciones más transparentes con los contribuyentes, su objetivo ha sido siempre reducir la evasión fiscal en un país donde la economía informada representa un porcentaje significativo de la actividad monetaria.
En el campo de la recaudación, el nuevo plan prevé también una revisión de los métodos de control de deuda relacionados con delitos fiscales y el contrabando, buscando actuar de forma preventiva.
Se señala la creación de un Equipo Nacional de Procedimientos Concursales que permitirá gestionar mejor los cobros en este ámbito, proponiendo así soluciones más eficaces para el cumplimiento tributario.
El cambio no solo busca mejorar la recaudación fiscal, sino que también responde a la necesidad de un lenguaje administrativo más accesible. Desde 2023, la Agencia ha comenzado a simplificar la documentación utilizada, y para el 2025 se espera que esta iniciativa abarque más de 4,1 millones de documentos al año.
Este esfuerzo se enmarca dentro de una estrategia más amplia de modernización de la administración tributaria, teniendo en cuenta además el reconocimiento de que una mayor claridad fomenta un mejor cumplimiento voluntario entre los ciudadanos.