Las jugadoras argentinas Solana Sierra, María Lourdes Carlé y Julia Riera lograron su clasificación en Roland Garros, marcando un logro histórico para el tenis femenino argentino tras casi cuatro décadas.
Una hermosa mañana de viernes marcó un hito en la historia del tenis argentino, especialmente en la rama femenina, al certificar la clasificación de tres tenistas en el cuadro principal de Roland Garros.
Este logro no se alcanzaba desde 1986, cuando Patricia Tarabini, Mariana Pérez Roldán e Ivanna Madruga lograron avanzar en el prestigioso torneo de París.
Hoy, casi 39 años después, Solana Sierra, María Lourdes Carlé y Julia Riera repitieron esa hazaña, consolidando una generación de talento femenino que promete muchos frutos para el deporte argentino.
Solana Sierra, actualmente ubicada en el puesto 112 del ranking mundial, se convirtió en la primera en conseguir su boleto tras vencer con autoridad a la china Wang Xiyu con parciales de 6-3 y 6-2.
La joven de 20 años, originaria de Mar del Plata y finalista en junior en 2022, logró por primera vez en su carrera acceder al cuadro principal de un Grand Slam.
Este resultado confirma su crecimiento en el circuito y le abre las puertas a una experiencia invaluable en su trayectoria.
Seguidamente, María Lourdes Carlé, ubicada en el puesto 125 del ranking de la WTA, superó sin complicaciones a la lituana Justina Mikulskytė con marcadores de 6-0 y 6-1 en apenas una hora y 11 minutos.
La jugadora de Daireaux, que en esta ocasión logra su segunda participación consecutiva en la mayor cita del polvo de ladrillo, tuvo que afrontar una dura batalla en la segunda ronda de clasificación contra la polaca Katarzyna Kawa.
Allí, Carlé logró remontar un set en contra y llevarse la victoria por 4-6, 6-4 y 6-2, asegurando así su lugar en el main draw.
Por otro lado, Julia Riera, ubicada en la posición 204 del ranking, también avanzó luego de derrotar a la rumana Miriam Bianca Bulgaru en sets corridos con parciales de 6-4 y 6-1 en una hora y ocho minutos.
La jugadora de Pergamino ya había mostrado su potencial en torneos anteriores, incluyendo su participación en la qualy del Australian Open de este año, y su sólida temporada en polvo de ladrillo, con nueve triunfos en esta superficie, ha sido clave para su crecimiento.
Este logro colectivo de las tres tenistas argentinas ha significado un hecho histórico en el tenis femenino del país. Desde 1986 no se daba que tres jugadoras argentinas lograran avanzar en la clasificación de Roland Garros en la misma edición. La última vez, Patricia Tarabini, Mariana Pérez Roldán e Ivanna Madruga consiguieron ese pase, e hoy, Sierra, Carlé y Riera han escrito una nueva página en esa historia.
En el ámbito masculino, también hubo avances relevantes. Juan Manuel Cerúndolo, en el puesto 109 del ranking mundial, se incorporó a los siete compatriotas que tienen asegurada su participación en el cuadro principal tras superar al colombiano Daniel Galán con parciales de 6-4 y 6-2.
Esta victoria rompió una serie de cinco ausencias consecutivas de argentinos en el cuadro de Roland Garros y, actualmente, Cerúndolo espera conocer a su primer rival en el sorteo de la primera ronda.
En total, serán diez los argentinos en el torneo parisino. Además de los cuatro que ingresaron directamente por su clasificación o ranking, otros seis tienen asegurada su presencia en la primera ronda, incluyendo a Francisco Cerúndolo, Sebastián Báez, Tomás Etcheverry, Camilo Ugo Carabelli, Francisco Comesaña y Mariano Navone.
La participación de estos jugadores puede aún ampliarse si alguno de los derrotados en la qualy consigue un lugar como lucky loser debido a alguna baja.
En suma, la presencia de tantos argentinos en Roland Garros refleja un momento de solidez en el tenis del país, especialmente en la rama femenina, donde estos hitos históricos marcan el camino hacia un futuro prometedor.
La clasificación de Sierra, Carlé y Riera representa no solo un logro personal, sino también una reafirmación de la capacidad del tenis argentino en los grandes escenarios internacionales, que sigue dejando huella en la historia del deporte desde hace más de 50 años.