El tenista argentino Tomás Etcheverry logró una histórica victoria en Cincinnati tras una compleja remontada que duró más de tres horas, asegurando su pase a la siguiente ronda del prestigioso Masters 1.000. Por otro lado, Sebastián Báez también ganó en su debut, mostrando su recuperación en la temporada. La jornada destaca el desempeño de los argentinos en una competencia que reúne a los mejores tenistas del mundo.

En una jornada llena de dramatismo y emoción, Tomás Etcheverry, actualmente ubicado en la posición 60 del ranking mundial, logró avanzar a la segunda ronda del Masters 1.000 de Cincinnati tras vencer al chino Juncheng Shang en un partido que duró aproximadamente tres horas y 39 minutos. El encuentro se caracterizó por su intensidad y por las condiciones climáticas adversas, ya que fue interrumpido varias veces por lluvias antes de que Etcheverry lograra sellar la victoria con un marcador de 6 (5)-7, 7-6 (4) y 6-4.

El debut en el torneo fue muy ajustado, con ambos jugadores mostrando un gran nivel y ninguna de las partes logrando romper el servicio en los sets iniciales.

La primera manga se fue al tie-break, que Shang se llevó por 7-5, pero en el segundo set, el asiático parecía encaminado a una eliminación fácil tras tomar una ventaja de 5-2.

Sin embargo, la experiencia y la determinación de Etcheverry, apoyadas en las palabras motivadoras de su entrenador interino, Javier Frana, lograron cambiar el rumbo del partido.

El argentino supo levantar dos quiebres y forzar un desempate que ganó por 7-4.

En el set decisivo, la paridad persistió, pero Etcheverry fue más sólido en los momentos claves. Tras mantenerse empatados en 4-4, logró un quiebre que decidió el encuentro a su favor, asegurando un pase a la siguiente fase en Cincinnati por tercer año consecutivo.

Tras el partido, el tenista argentino comentó: “Estaba dos quiebres abajo y pensé que el partido había terminado para mí. Mi coach me dijo que siguiera luchando, y eso hice. La clave fue mantenerme enfocado, jugar con precisión y dar el 100% en cada punto.”

En la próxima ronda, Etcheverry enfrentará al canadiense Félix Auger-Aliassime, quien ocupa la posición 28 del ranking mundial.

Por su parte, Sebastián Báez, clasificado en el puesto 43 del ranking, también aportó una destacada actuación, derrotando al belga David Goffin, 64° del mundo, por 6-1 y 6-3.

Este resultado representa la primera victoria del argentino en una cancha rápida en toda la temporada y marca un paso importante en su recuperación tras un año irregular, lleno de altibajos, que ha puesto en duda su nivel.

Báez, quien cuenta con un récord de 15-16 en la temporada, sumó así su undécimo triunfo en un Masters 1.000 y busca seguir avanzando en el torneo.

Su siguiente adversario será el canadiense Gabriel Diallo, 35° en la clasificación mundial, con quien intentará mantener la buena racha.

Además, en la jornada inicial del torneo, cuatro argentinos debutaron en la primera ronda. Camilo Ugo Carabelli, con su mejor temporada hasta la fecha y en el puesto 47 del ranking, enfrentó al japonés Kei Nishikori, ex número 4 del mundo y actual 65°.

A las 12 del mediodía, Tirante, en el puesto 135, hizo lo propio contra Luca Nardi, italiano y 98° en el ranking. También, Francisco Comesaña, 71° del mundo, jugó contra Jaume Munar, español y 48°, y Mariano Navone, 78°, que entró como lucky loser, se midió con Adam Walton, de Australia, en un duelo que marcó el inicio de su participación en Cincinnati.

Desde hace varias décadas, los Masters 1.000 representan uno de los torneos más importantes del calendario ATP, solo por detrás de los Grand Slams y la Copa Masters. Argentina, con una rica historia en el deporte, ha tenido en los últimos años un renacer en el tenis masculino, gracias a figuras como Juan Martín del Potro, David Nalbandian y más recientemente, Facundo Bagnis y Sebastián Báez, quienes buscan mantener esa tradición a nivel mundial.

La presencia de jugadores argentinos en Cincinnati mantiene activa la esperanza de sumar nuevos títulos en una competencia que cuenta con premios en euros que superan los 2 millones, siendo el campeón quien recibe aproximadamente 300,000 euros, una cifra que refleja la importancia del torneo en el circuito profesional.

La actuación de Etcheverry y Báez refuerza la buena temporada del tenis argentino, que continúa mostrando talento y resistencia en el escenario mundial.