Un error de un fotógrafo en plena pista provocó una serie de disturbios durante el encuentro entre Daniil Medvedev y Benjamin Bonzi en el US Open, generando una reacción intensa del público y del jugador ruso, que culminó en una derrota polémica y una fuerte multa para el fotógrafo.
En uno de los momentos más caóticos y polémicos del US Open 2025, un error cometido por un fotógrafo en medio de un partido de tenis entre Daniil Medvedev, actual número 13 del mundo y campeón de dicho torneo en 2021, y Benjamin Bonzi, que ocupaba la posición 51 en el ranking ATP, desató una serie de acontecimientos que alteraron por completo el desarrollo del encuentro.
La situación no solo generó una interrupción significativa, sino que también terminó en una derrota controvertida para Bonzi y en una fuerte reacción de Medvedev, que dejó entrever su frustración con un comportamiento explosivo.
El partido iba muy avanzado, y Bonzi tenía una ventaja clara: 6-3, 7-5 y 5-4 con una bola de partido en su poder. Sin embargo, justo cuando el francés falló en su primer saque, un fotógrafo que salía apresuradamente a la cancha creyendo que el encuentro había concluido, entró en el terreno de juego.
La confusión provocada por este error llevó al juez de silla, Greg Allensworth, a decidir que Bonzi debería realizar un nuevo saque desde el inicio de ese punto.
Esta decisión, tomada en medio del ambiente electrizante, enfureció especialmente a Medvedev.
El tenista ruso no ocultó su molestia y comenzó a protestar airadamente, discutiendo con el juez y despertando la ira del público que, en solidaridad con el jugador, empezó a abuchear y a corear “segundo saque, segundo saque”.
Medvedev, que en ese momento se encontraba a punto de cerrar el partido, protagonizó un tenso enfrentamiento en el que cuestionó la autoridad del árbitro, llegando a decirle: “¿Eres un hombre? ¿Por qué estás temblando?” y acusándolo de querer que Bonzi ganara rápidamente para culminar el duelo.
La situación se volvió aún más dramática cuando, en su furia, Medvedev rememoró declaraciones anteriores de Reilly Opelka, quien había criticado a Allensworth por su rendimiento como juez de silla en el pasado.
Este episodio generó una interrupción de casi seis minutos, en la que los jugadores y el público convivieron en un ambiente cada vez más hostil. Cuando Bonzi pudo reemprender el saque, el jugador francés perdió la posibilidad de vencer en ese momento, lo que le llevó a perder el juego y posteriormente el set en un tie-break, en medio de una atmósfera de tensión y protestas.
El cuarto set fue dominado por Medvedev, quien, en completo sintonía con la tribuna que le apoyaba, se llevó esa manga en blanco, igualando el marcador.
Sin embargo, el partido se tornó aún más impredecible en el quinto set. Bonzi, mostrando una gran resiliencia, logró convertir un break inicial del ruso y luchó ferozmente por la victoria, que finalmente consiguió tras casi cuatro horas de juego, con marcador final de 6-3, 7-5, 6-7 (5), 0-6 y 6-4.
La frustración de Medvedev tras la derrota fue evidente, ya que destrozó su raqueta y explotó en ira en su banco, sin abandonar la cancha. Después del encuentro, en rueda de prensa, manifestó su intención de recibir una multa severa por la situación, aunque también admitió que el momento fue “divertido”, resaltando la espontaneidad y el descontrol generado por la participación del fotógrafo.
El incidente fue tan impactante que, según fuentes de la organización, las credenciales del fotógrafo involucrado le fueron retiradas y fue expulsado del estadio.
La Policía del torneo también presentó cargos por alteración del orden. No obstante, Bonzi valoró la experiencia, aseverando que a pesar del caos, intentó mantenerse tranquilo y dar lo mejor de sí en una situación excepcional.
Este episodio quedará en la memoria como uno de los momentos más insólitos del tenis profesional, una muestra de cómo un error puede alterar profundamente la historia de un torneo prestigioso como el US Open.
Además, pone en evidencia la importancia de la organización y la seguridad en eventos deportivos de esta magnitud, en los que la tensión y la pasión de los espectadores a veces alcanzan niveles impredecibles.