Reporte sobre Tomás Martín Etcheverry y su cierre de año, tras una apertura difícil, con una serie de triunfos que incluyeron rivales del top 100 y la participación en la Davis Cup. Se analiza su calendario y las posibles modificaciones para la próxima temporada.
Tomás Martín Etcheverry, el tenista platense de 26 años, cerró el año con una notable levantada tras atravesar una racha de seis derrotas en los meses de junio y julio.
El final de la temporada lo encontró en una racha ganadora que incluyó victorias frente a Jesper De Jong, entonces ubicado en el puesto 79 del mundo, y frente a Jan-Lennard Struff, 84 del ranking, en las rondas de clasificación y en los cuartos de final de la Davis Cup, respectivamente.
Estas victorias sirven para sostener la confianza del equipo y para perfilar una transición positiva hacia la siguiente campaña.
La derrota de Argentina ante Alemania en Bolonia, en una serie que se definió por detalles, dejó un sabor agridulce pese a que el conjunto nacional había mostrado capacidad para competir con rivales de peso.
El partido fue exigente y, aunque el resultado final no acompañó, el rendimiento del equipo dejó varios indicios de progreso para afrontar con mayores argumentos el calendario venidero.
Etcheverry comentó que fue un año largo para la Davis Cup, pero que el balance general es positivo porque se logró avanzar a los cuartos de final, algo que, en su lectura, no es poca cosa.
A nivel personal, habló de una confianza inicial alta y de la ilusión de ganar la Davis Cup cuando se observó la ausencia de Sinner y la retirada de Musetti.
Esas circunstancias fortalecieron la idea de que el grupo argentino podía competir ante los mejores, incluso cuando la realidad exigía sostener el nivel tras cada compromiso.
El cierre de la serie ante los alemanes llevó a una definición ajustada. En un encuentro definido por pequeños márgenes, Kevin Krawietz y Tim Puetz derrotaron a Etcheverry y a su equipo con parciales de 4-6, 6-4 y 7-6 (12-10) en dos horas y 29 minutos de juego.
Aun así, el balance de la eliminatoria dejó sensaciones claras de progreso y de que Argentina puede sostenerse entre los mejores grupos de la competencia.
Con todo, la sensación en el equipo capitaneado por Javier Frana es de que el rendimiento exhibido mantiene a Argentina entre los ocho mejores y refuerza la confianza para afrontar la próxima temporada.
En lo inmediato, la serie frente a Corea del Sur, programada para el 7 y 8 de febrero en Busán, es vista como un ensayo accesible pero que llega con la presión de un calendario apretado.
El estadio Gijang de Busán será escenario de un duelo que podría exigir ajustes en la planificación del equipo, ya que en esa misma fecha empieza el ATP 250 de Buenos Aires.
La dificultad real reside en la gestión del calendario. Etcheverry explicó que, si la Copa Davis tiene prioridad, podría modificarse la gira para evitar viajes largos y acelerar la aclimatación a la superficie y al polvo de ladrillo de la región.
No es una decisión menor, porque el objetivo es mantener la forma sin comprometer el rendimiento en distintos torneos. Es una cuestión de priorización y de logística, que el equipo deberá resolver en los próximos meses.
El propio jugador ya vivió una experiencia similar el año anterior, cuando una semana después de la serie ante Noruega, Frana debutó como capitán de la Davis Cup y Etcheverry cayó en la primera ronda del ATP porteño ante Joao Fonseca.
Esa experiencia contrastó con la posibilidad de priorizar la Davis Cup para la siguiente temporada, un enfoque que podría condicionar la planificación de la gira de verano y los compromisos en América y Europa.
Con miras a 2025, Etcheverry enfatizó la necesidad de evaluar alternativas: si la Davis Cup tiene prioridad, podría cambiarse la estructura de la gira para centrarse en la competencia por equipos y, posteriormente, tomar Dubai, Qatar y la gira de Medio Oriente como eje central.
En ese marco, el objetivo es claro: recuperarse en el ranking y volver a competir al más alto nivel, buscando batir nuevas metas junto a su equipo técnico, que incluye a Walter Grinovero y Kevin Konfederak.
El conjunto argentino buscará sostener el crecimiento y dar continuidad a un proyecto que ya mostró avances significativos en la temporada que cierra, con la esperanza de convertir esas victorias en un rendimiento sostenido a lo largo de la próxima edición de la Davis Cup y en el circuito mundial.