A pesar de haber acumulado un impresionante récord de 100 títulos en su carrera, incluyendo 24 trofeos de Grand Slam y un récord de 428 semanas en el puesto número uno del mundo, Novak Djokovic continúa enfrentando momentos de duda respecto a su juego.

Hace poco más de un mes, el tenista serbio sufrió una racha de tres derrotas consecutivas, su segunda serie de este tipo en 2025, y se mostró especialmente preocupado por su desempeño en tierra batida, justo cuando se acercaba la edición de Roland Garros de ese año.

La situación parecía complicada para Djokovic, quien en ese momento estaba 0-2 en partidos en tierra roja en la temporada, un dato que generaba inquietud entre sus seguidores.

Sin embargo, en un giro sorprendente, decidió participar en el torneo de Ginebra, en Suiza, con la esperanza de recuperar confianza y ritmo de juego. Y lo logró. Desde su ingreso en ese torneo, Djokovic no ha conocido la derrota, acumulando una racha de 8 victorias consecutivas, que lo catapultaron hasta la final y le otorgaron el título en Ginebra.

Tras conquistar el campeonato en Ginebra, Djokovic no solo comenzó con fuerza su participación en Roland Garros, sino que además no ha perdido ningún set en sus primeros cuatro encuentros.

La actitud del serbio refleja una mentalidad de recuperación y superación, en la que destaca que, tras una serie de derrotas, es normal que uno comience a dudar de sus capacidades.

Sin embargo, su reciente éxito indica que ha logrado superar esas dudas y volver a demostrar su talento en la cancha.

El enfrentamiento del miércoles en París fue contra Alexander Zverev, un tenista alemán de 28 años, con quien Djokovic ha tenido una historia de rivalidad desde 2017.

Hasta la fecha, el serbio domina con un récord de 8 victorias y 5 derrotas en sus enfrentamientos, y en esta ocasión se encontraron en los cuartos de final tras su último enfrentamiento en el Abierto de Australia en enero, donde Djokovic tuvo que abandonar debido a una lesión en el isquiotibial, recibiendo silbidos por parte de algunos espectadores.

Su único enfrentamiento previo en París ocurrió en 2019, cuando Djokovic ganó en cuartos en tres sets.

Zverev, quien ha mencionado en varias ocasiones que Djokovic ha sido una especie de mentor para él, consideró un honor compartir la cancha con el serbio y expresó: “Siempre es un privilegio jugar contra él”.

La otra llave de cuartos en París enfrenta al italiano Jannik Sinner, número uno del torneo, contra Alexander Bublik, un kazajo que se convirtió en el primer jugador de su país en alcanzar esta fase en un Grand Slam.

Curiosamente, en los días previos a Roland Garros, algunos expertos y aficionados cuestionaron si Djokovic podía seguir siendo un contendiente serio en el torneo, dados sus recientes resultados en Monte Carlo y Madrid, donde cayó en las primeras rondas.

Pese a ello, el serbio ha demostrado que, aunque no sea el favorito en las apuestas, su experiencia y talento lo mantienen en la lucha por el título. Además, es el único jugador que ha vencido en más de una ocasión a Rafael Nadal, leyenda del tenis y múltiple campeón en París.

Los antecedentes en tierra batida también muestran que Djokovic ha logrado superar lesiones y situaciones adversas en París, como en 2021, cuando se recuperó de una lesión para llegar a la final, y en 2022, cuando conquistó su segundo título en la capital francesa.

La historia de su carrera en Grand Slams evidencia su capacidad de resiliencia y su hambre de logro, características que lo convierten en un competidor siempre peligroso, incluso en los momentos más complicados.

Con estas circunstancias, el torneo de Roland Garros de 2025 se presenta como una oportunidad para que Djokovic reafirme su estatus como uno de los grandes de todos los tiempos y, quizás, logre añadir un nuevo capítulo a su legado en el tenis mundial.

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