El joven tenista argentino, de 22 años, logra un ascenso récord en el ranking ATP tras ganar dos títulos en segunda categoría y mejorar su juego mental y físico. Su objetivo es seguir creciendo sin lesiones y competir en los grandes torneos.
La destacada temporada de Alex Barrena, un talento emergente del tenis argentino, está marcando un antes y un después en su carrera deportiva. Con tan solo 22 años, quien cumplirá 23 el próximo 10 de octubre, ha logrado consolidarse como uno de los jugadores con mayor proyección en el circuito internacional, especialmente en el nivel Challenger, que es considerado la segunda categoría del tenis profesional tras la ATP Tour.
Su avance en el ranking ATP ha sido meteórico. Este año, ha conseguido 28 de las 35 victorias que acumula en su carrera profesional, conquistando títulos en torneos de menor categoría en San Miguel de Tucumán en abril y en Santa Cruz de la Sierra en junio, lo que le ha permitido escalar aproximadamente 379 puestos en la clasificación mundial.
Actualmente, ocupa la posición 170 en el ranking en vivo, con una mejor posición de 170 y con expectativas de seguir subiendo con cada buena actuación.
La historia de Barrena en el tenis empezó en su niñez. A los 14 meses jugaba al tenis, pero no fue hasta los 18 años que decidió dedicarse profesionalmente. Se formó en el club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA), y participó en torneos juveniles internacionales, logrando destacar en la etapa de menores al llegar a los cuartos de final de Roland Garros Junior en 2020.
Sin embargo, su camino no estuvo libre de obstáculos. Entre 2021 y 2022 sufrió lesiones de estrés que lo mantuvieron fuera de las canchas por largos períodos, incluyendo un edema entre costilla y cartílago, fracturas de espalda y fisuras en las costillas.
Estas dificultades le sirvieron para fortalecer su mentalidad. Barrena explica que su mejora actual no solo se debe a cambios técnicos en su juego —como un saque más potente y una mejor movilidad— sino, sobre todo, a un trabajo psicológico constante.
"La cabeza es fundamental. Cuando estás bien mentalmente, los resultados llegan. Además, la maduración personal también ayuda mucho en este proceso," comenta.
Uno de sus mayores objetivos es mantener la regularidad para evitar altibajos que puedan afectar su rendimiento. La competencia en Challenger, un nivel sumamente competitivo y muy parejo, representa un reto constante para él. La diferencia entre ganar y perder muchas veces radica en mantener la concentración durante largas jornadas de juego.
El jugador también tiene clara su meta a largo plazo: ingresar en el top 100 del ranking ATP y participar en los grandes torneos del circuito ATP y Grand Slams.
Para lograrlo, prioriza jugar sin lesiones, lo que en su opinión ha sido clave en su mejora actual.
Su ascenso en el circuito coincide con una tendencia en el tenis argentino, que busca renovarse con jóvenes talentos. Figuras como Facundo Bagnis, Juan Manuel Cerúndolo y Sebastián Báez han abierto camino, y Barrena aspira a seguir sus pasos y llegar a los niveles más altos.
El talento de Barrena, junto con su dedicación y crecimiento mental, lo posiciona como uno de los tenistas más prometedores del continente sudamericano.
Con un calendario aún extenso por delante, se prepara para afrontar torneos en Chile, Bolivia y otros países sudamericanos, con la ambición de seguir mejorando y cumplir su sueño de jugar en los grandes escenarios internacionales.
Su historia, de superación y esfuerzo, ejemplifica cómo el trabajo constante y la visión a largo plazo pueden transformar la juventud en una carrera sólida en el tenis profesional.