Se intensifican las medidas de seguridad en São Paulo previo al partido entre River Plate y Palmeiras por la Copa Libertadores, ante antecedentes de violencia en encuentros anteriores en Brasil y Argentina.
Las tensiones previas al enfrentamiento entre River Plate y Palmeiras en el Allianz Parque de São Paulo aumentaron debido a antecedentes de incidentes violentos en partidos de fútbol anteriores en Brasil y Argentina.
La historia de la violencia en los estadios en Sudamérica es extensa y ha dejado marcado a varias generaciones de hinchas y a las autoridades de seguridad.
El pasado reciente evidencia que los enfrentamientos en las gradas y las altercados con la policía no son casos aislados. En 2022, durante un partido en Belo Horizonte en la Copa Sudamericana, la situación se tornó violenta cuando la policía disciplinó duramente a los seguidores de Godoy Cruz, en un episodio que generó preocupación en toda la región.
Solo un año antes, en 2021, los simpatizantes de San Lorenzo pasaron momentos difíciles en el Arena MRV en Brasil.
En 2023, la situación no fue diferente. Los fanáticos de Boca Juniors sufrieron una intensa represión en Río de Janeiro durante la final con Fluminense, y días después, en el estadio Maracaná, fuerzas de seguridad actuaron con dureza contra los hinchas argentinos en el contexto de las Eliminatorias Sudamericanas.
Históricamente, el estadio Morumbí en São Paulo ha sido escenario de violentos episodios. Uno de los más recordados ocurrió hace 20 años, cuando la barra brava de River Plate protagonizó una batalla campal contra la policía en las tribunas, dejando imágenes de hinchas que se colocaban cascos policiales como trofeos.
Estos sucesos reflejan un riesgo latente que las autoridades desean reducir al máximo.
De cara al partido que tendrá lugar este miércoles, conocido como uno de los encuentros más importantes en la fase de cuartos de final de la Copa Libertadores, el operativo de seguridad en São Paulo se ha reforzado considerablemente.
La organización contempla la movilización de aproximadamente 2.000 hinchas del equipo argentino, según la cantidad de entradas allocated por Palmeiras. Los seguidores llegarán en autobuses desde un punto de encuentro cercano al estadio Pacaembú, donde serán sometidos a controles rigurosos, incluyendo revisiones y reconocimiento facial, técnica utilizada anteriormente con éxito en otros eventos internacionales.
Los aficionados serán trasladados en un convoy controlado al Allianz Parque, que abrirá sus puertas a las 13:30 horas, cuatro horas antes del inicio del encuentro.
La colaboración entre las fuerzas policiales argentinas y brasileñas es fundamental, especialmente tras la experiencia en 2005, cuando la barra de River generó disturbios en un enfrentamiento con la policía militar en Brasil.
Además, las autoridades brasileñas monitorean cuidadosamente la posible llegada de integrantes de la barra brava de River, conocidos por su historial de problemas.
Sin embargo, gracias a la cooperación internacional y la base de datos compartida, se espera poder frenar cualquier intento de infiltración de hinchas problemáticos en el país.
Desde el lado del Palmeiras, 'La Mancha Verde', la barra del equipo local, ha manifestado públicamente su buena relación con los seguidores argentinos, incluso mediante un mensaje en redes sociales, agradeciendo la recepción en Argentina.
Esto refleja una tendencia que, si bien todavía puede ser vulnerable, busca fortalecer la convivencia y reducir la violencia.
El operativo en São Paulo tiene el objetivo de garantizar un espectáculo deportivo en paz y evitar que incidentes pasados se repitan. La historia nos enseña que, si bien las rivalidades son parte del fútbol, la seguridad y la cooperación internacional deben prevalecer para preservar la integridad de todos los involucrados.
Las autoridades están puestas en alerta, conscientes de la importancia de mantener el orden en uno de los eventos más decisivos del fútbol sudamericano.