El equipo de San Lorenzo, en una situación económica y deportiva complicada, confirmó su crecimiento tras vencer a Vélez con mayoría de jugadores formados en sus inferiores, destacando la importancia de la cantera en el presente torneo.

La frase clásica de Evita, 'Donde hay una necesidad, nace un derecho', parece ajustarse perfectamente a la situación que atraviesa actualmente San Lorenzo, uno de los clubes históricos del fútbol argentino.

En medio de problemas económicos y deportivos que lo mantienen en una posición difícil, el equipo azulgrana ha demostrado que la necesidad ha impulsado un renovado espíritu en sus filas, en particular en sus jugadores jóvenes.

La apuesta del club por la cantera se ha visto fortalecida en estos últimos partidos, donde los resultados positivos y la integración de los chicos de Inferiores aportan aire fresco y esperanza.

San Lorenzo, que desde hace años atraviesa un proceso de ajuste y reestructura, ha encontrado en su escuela de talentos una vía para afrontar sus desafíos.

La victoria 1-0 ante Vélez Sarsfield en el Estadio Nuevo Gasómetro no solo significó un éxito deportivo, sino también un respaldo a la filosofía de confiar en las generaciones de abajo.

En ese encuentro, casi la mitad del equipo estuvo compuesto por jugadores surgidos de las inferiores, un dato que ilustra el crecimiento de la estructura de formación del club.

Este proceso no es casual. La dirección técnica, liderada por Damián Ayude, ha convertido a los juveniles en piezas clave del planteamiento táctico, brindándoles confianza y minutos de juego en competencias oficiales.

Ayude, que ya tuvo éxito en la Reserva, ahora busca que esos talentos se consoliden en Primera División, fortaleciendo así la identidad y la estructura del equipo.

El actual torneo de la Liga Profesional Argentina, rumbo al torneo Clausura 2025, ha visto a San Lorenzo ubicarse en la cima de la Zona B, invicto tras varias fechas.

Los resultados positivos han reforzado la idea de que apostar por los jóvenes no solo es una cuestión de economía, sino también de estrategia deportiva.

La incorporación de jugadores como Cuello y Reali, quienes han tenido un papel protagónico en el último encuentro, ha sido fundamental.

El partido contra Vélez fue un ejemplo de cómo la intensidad, la estrategia y la determinación de los juveniles pueden marcar la diferencia en el campo.

En ese encuentro, el gol decisivo fue obra de Nicolás Tripichio, con un pase de Orlando Gill, en una jugada que evidenció la conexión entre experiencia y talento emergente.

Además, jugadores como Jhohan Romaña y Gastón Hernández también tuvieron oportunidades para sobresalir, mostrando que el plantel tiene muchas promesas que todavía deben madurar, pero que ya aportan a la causa.

Es importante recordar que este proceso no surgió de la nada. Históricamente, clubes como San Lorenzo han sabido aprovechar sus fuerzas internas en momentos de crisis. En la década de 1960, por ejemplo, la resurgencia del club se dio en parte por el talento de sus inferiores. La pelota, en ese sentido, sigue siendo un recurso valioso para afrontar la realidad del fútbol argentino actual, especialmente en tiempos de restricciones económicas.

De cara al futuro, la expectativa en San Lorenzo está puesta en el crecimiento de estos talentos y en la consolidación de un equipo que pueda sostener planteamientos de juego agresivos y efectivos.

La directiva busca equilibrar la necesidad de resultados con el desarrollo de una identidad propia, basada en la juventud y la entrega.

El resultado en la tabla y el rendimiento en cancha confirman que el torneo continúe siendo un escenario de prueba y crecimiento para los jugadores promovidos desde las inferiores, quienes están mostrando que, en la necesidad, también puede nacer la oportunidad de un renacer futbolístico.