El club argentino San Lorenzo presenta recursos legales ante un fondo suizo para retrasar su proceso de quiebra, en medio de una deuda que alcanza unos 6,8 millones de euros. La institución intenta negociar un plan de pagos y mantener su estabilidad económica y administrativa.

El plazo límite para que San Lorenzo de Almagro respondiera ante la demanda de quiebra presentada por el fondo suizo AIS Investment Fund SCA Sicav Raif expiró en la mañana de este miércoles.

La deuda, que se originó en 2020, asciende a unos 6,8 millones de euros, equivalente a aproximadamente 7.500 millones de pesos argentinos, según la cotización actual del euro. La situación financiera del club se complicó en medio de las dificultades provocadas por la pandemia y la gestión de sus finanzas, lo que llevó al fondo europeo a iniciar acciones legales para recuperar el dinero que consideran adeudado.

Para evitar que el proceso de quiebra avance de manera inmediata, San Lorenzo presentó un recurso legal con la finalidad de ganar tiempo y extender los plazos hasta después de la feria judicial de fin de año.

Además, el club propuso un plan de pagos destinado a saldar la deuda, en una estrategia que busca evitar un escenario extremo que podría afectar la continuidad del club en sus actividades.

Mediante un comunicado oficial, la dirigencia de San Lorenzo, actualmente liderada por Marcelo Moretti, manifestó su disposición de colaborar con la justicia y poner a disposición toda la documentación que acredita la situación actual del club y el cumplimiento de sus obligaciones.

“El club mantiene un diálogo constante con las autoridades judiciales y las partes involucradas, confiando en que la revisión de la documentación permita desestimar cualquier medida que pueda poner en riesgo la normalidad institucional y el patrimonio del club”, señalaron.

Desde fuentes cercanas al club, se supo que los abogados encargados del caso adjuntaron diversos argumentos legales para procurar una suspensión del proceso y evitar resoluciones inmediatas.

Entre estos se destaca que el acreedor, en lugar de acudir directamente a una demanda de quiebra, habría tenido otras herramientas legales disponibles, como la petición de embargo sobre bienes del club, antes de solicitar la quiebra colectiva.

Por otro lado, San Lorenzo insiste en que no se encuentra en cesación de pagos y que, si bien ha atravesado atrasos en el pago de salarios y gastos operativos, continúa pagando en la medida de sus posibilidades.

La institución cuenta con activos, incluyendo jugadores, terrenos y otros bienes, que podrían servir como garantías para saldar las deudas. Sin embargo, la inestabilidad institucional, agravada por posibles renuncias dentro de la dirigencia y una gestión interna problemática, ha contribuido a la incertidumbre adicional en torno a la situación del club.

Se estima que la causa podría mantenerse en suspenso hasta febrero de 2026, cuando finalice la feria judicial de verano en Argentina. Mientras tanto, desde el entorno de Moretti aseguran que se ha presentado una oferta para solucionar la deuda, que inicialmente contempla pagar aproximadamente 1,55 millones de euros (unos 1,7 millones de dólares) en tres cuotas semestrales de aproximadamente 520 mil euros (unos 575 mil dólares) cada una, utilizando además documentos que acreditan cobrar por ventas de jugadores como Elian Irala, Agustín Martegani e Iván Leguizamón, por un total cercano a 1,8 millones de euros.

Estos argumentos y propuestas de pago serán evaluados por la entidad europea, que mantiene una postura firme debido a que la deuda no fue saldada en los tiempos pactados originalmente durante la gestión previa.

La deuda se generó en 2020, en un contexto complicado por la pandemia, cuando el club solicitó un préstamo al fondo suizo por alrededor de 2,7 millones de dólares (aproximadamente 2,45 millones de euros).

Sin embargo, en ese momento, hubo un desacuerdo en los pagos, ya que el club ruso para donde se realizó la transferencia, en realidad percibió el dinero, mientras que el fondo europeo reclamó la deuda.

Durante la administración de Marcelo Arreceygor, se intentó llegar a un acuerdo de pago en cuotas, pero las promesas no se cumplieron, y los reclamos judiciales continuaron en curso.

La situación refleja las dificultades que enfrentan muchas instituciones deportivas en Argentina y en el mundo, donde la gestión financiera y la estabilidad institucional juegan un papel crucial.

La historia de San Lorenzo, uno de los clubes más importantes del país, muestra cómo los problemas financieros pueden poner en jaque su continuidad si no se gestionan con responsabilidad y transparencia.