El expresidente de River Plate comparte su visión sobre el episodio del gas pimienta ocurrido hace diez años durante el clásico, además de su gestión y los logros del club en esa época.
Rodolfo D'Onofrio, uno de los presidentes más destacados en la historia de River Plate, expresó sus sentimientos y recuerdos sobre el polémico episodio del gas pimienta que ocurrió hace una década en la Bombonera durante un partido entre River y Boca Juniors.
Su gestión en el club se caracterizó por consolidar la posición de River en el fútbol argentino e internacional, logrando múltiples títulos y proyectos de infraestructura que fortalecieron la institucionalidad del club.
El incidente del gas pimienta es un recuerdo que, para muchos en River, representó una de las horas más tensas y complejas en la historia del fútbol argentino.
D’Onofrio relató en detalle los acontecimientos, mostrando que su reacción fue inevitable ante la gravedad de la situación. En esa noche, el ambiente había sido cada vez más hostil, con carteles agresivos y amenazas implícitas, que presagiaban un desenlace desafortunado.
Narrando desde su oficina en Barrio Parque, destruido por el recuerdo, el exmandatario reveló que, aún con las dificultades, su objetivo fue apoyar a los jugadores y garantizar su integridad física.
La agresión con gas pimienta arrojada por Adrián Napolitano, conocido como 'El Panadero', causó lesiones en varios futbolistas, especialmente en figuras como Leonardo Ponzio, Ramiro Funes Mori y Leonel Vangioni.
Los efectos de la sustancia irritaron sus ojos y quemaron sus camisetas, una escena que todavía lo acongoja.
En aquel entonces, D’Onofrio tuvo que afrontar no solo el acto de violencia, sino también la incertidumbre jurídica y el respaldo institucional. La presencia policial en el estadio se tornó insuficiente, y en su relato admite que, en un acto valiente, ingresó a la cancha para cuidar de los futbolistas, un acto que muchos consideraron arriesgado pero que él justificó como necesario para proteger a los jugadores de una situación que pudo haber sido aún peor.
Tras el episodio, la tensión no disminuyó. Hubo denuncias, declaraciones y una investigación que involucró a diferentes actores del fútbol y la seguridad del Estado. En ese momento, el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, le aseguró que el partido no podía continuar, y la suspensión fue definitiva.
La gestión de River al respecto fue meticulosa: un equipo legal presentó la documentación correspondiente ante la Conmebol, buscando justicia y reconocimiento por los daños sufridos.
A través de estos años, D’Onofrio ha manifestado que, si bien el gas pimienta fue un momento triste, no definió el destino del club, que siguió consolidándose en títulos nacionales e internacionales, incluyendo la conquista de la Copa Libertadores en 2018.
Él sostiene que la unión del plantel, cuerpo técnico, hinchas y socios fue el factor decisivo para superar esas adversidades y seguir creciendo.
Históricamente, River siempre enfrentó obstáculos en su historia, desde dictaduras hasta conflictos internos, pero la resiliencia del club y la dirigencia que ha sabido gestionar con criterio y pasión han sido esenciales para mantenerse en la élite del fútbol sudamericano.
La gestión de D’Onofrio se enmarca en esa tradición, y su testimonio refleja el compromiso con la institución y la paz social del deporte.
En el plano internacional, Argentina y sus clubes enfrentan desafíos políticos y deportivos que a menudo trascienden las canchas. La influencia de actores externos, como las federaciones y organismos reguladores, ha marcado el desarrollo del fútbol en la región. La historia de River y su lucha por la justicia en temas de seguridad y responsabilidad es un ejemplo de cómo el deporte puede cruzar fronteras y unir a la comunidad en torno a valores como el respeto y la dignidad.
Hoy, D’Onofrio reconoce que, aunque los años hayan pasado, la memoria de aquel episodio del gas pimienta sigue vigente, y su intención es que sirva de enseñanza para prevenir futuras situaciones similares.
La esencia del fútbol argentino, con sus pasiones y conflictos, debe mantenerse siempre en un marco de respeto mutuo y legalidad. La historia de River, sus logros y sus momentos difíciles, forman parte del relato de un club que ha sabido sobreponerse a las adversidades y que continúa siendo un símbolo de pasión y resistencia en Sudamérica.