El equipo de Gallardo logró clasificar a los cuartos de final de la Copa Libertadores tras vencer en penales a Libertad, en un partido lleno de tensión y emociones en el Monumental. Armani fue la figura destacada y el resultado sirvió para mejorar un rendimiento que aún necesita ajustes para enfrentar a Palmeiras en la próxima fase.

En una noche llena de dramatismo y presión en el Estadio Monumental, River Plate logró una clasificación épica a los cuartos de final de la Copa Libertadores tras vencer en la tanda de penales a Libertad de Paraguay.

El partido, disputado ante una multitud que no dejó de alentar en todo momento, quedó marcado por la tensión y la emoción, especialmente en los minutos finales cuando la clasificación se definió desde los 11 metros.

El encuentro mostró a un River que durante largos pasajes no encontró su juego habitual y sufrió por momentos la intensidad del equipo guaraní. Sin embargo, la figura del arquero Franco Armani fue clave en los penales, realizando atajadas decisivas que permitieron que el conjunto argentino saliera victorioso en una tanda que terminó 4-2 a su favor.

Armani, apodado 'el Pulpo', se consagró como uno de los grandes protagonistas de la noche, poniendo fin a una racha de ocho series consecutivas perdidas en definiciones desde el punto penal.

Desde el inicio, el Monumental estuvo en vilo, con los hinchas que, con cánticos y gritos, empujaron al equipo en cada momento difícil. La presión del público se sintió en el arco que da a la tribuna Sívori, donde dos remates de Libertad, de Recalde y Caballero, fueron desviados por la defensa y el arquero, demostrando el impacto de la hinchada.

Aunque Silva intentó poner en ventaja a River con un remate que fue atajado por Silva, los de Núñez intentaron reaccionar y, finalmente, lograron la clasificación en una definición dramática.

El equipo de Marcelo Gallardo mostró algunas zonas de inseguridad, principalmente por desconexiones en el juego y poca fluidez en el ataque. Durante buena parte del partido, River pareció perdido en el campo, con jugadores que no lograban encontrar su ritmo ni la manera de ingresar con claridad a la defensa rival.

La falta de juego asociado y las pérdidas de balón facilitaron la tarea de Libertad, que llegó a complicar a la defensa local en varias oportunidades.

Una jugada clave fue el gol de Robert Rojas, quien aprovechó un centro de Hugo Fernández para cabecear y poner a River en ventaja. Sin embargo, Libertad no se rindió y, con ímpetu, logró igualar las acciones antes del descanso con un cabezazo impecable del exjugador de River, que superó a Armani tras un centro preciso de Fernández.

Los minutos finales del primer tiempo vivieron una gran tensión, con Libertad acercándose peligrosamente en varias ocasiones y rompiendo la calma en la hinchada local.

En el complemento, River salió con otra disposición, pero no logró imponer su juego. La expulsión de Giuliano Galoppo, por doble amonestación, complicó aún más las cosas, dejando al equipo con diez jugadores y limitando sus opciones en la cancha.

Gallardo decidió entonces rearmar el mediocampo retirando a Juan Fernando Quintero y colocando a Galarza, con la esperanza de mantener el orden y la estrategia.

A pesar de las dificultades, Enzo Pérez fue una de las figuras en la recuperación de balones y en la contención del rival. Sin embargo, la poca generación de juego ofensivo y las reiteradas desconexiones afectaron la iniciativa del equipo. La afición, desde las tribunas, animaba sin descanso y reclamaba mayor compromiso y movilidad para revertir la situación.

El cierre del partido fue histórico, con llegadas peligrosas de ambos lados y la sensación de que la suerte se decidiría en los penales. Moritz, uno de los jugadores de Libertad, tuvo una opción clara para cerrar la clasificación, pero su definición fue desviada por Armani, quien en ese momento demostró su jerarquía.

Luego, en la tanda, los jugadores locales convirtieron sus remates, mientras que Armani atajó uno de los disparos, sellando la victoria y la clasificación.

Este resultado representa un impulso anímico importante para River, que deberá mejorar su rendimiento si quiere enfrentarse a Palmeiras, uno de los favoritos en la próxima fase.

El conjunto paulista es considerado el mejor de la fase de grupos, por lo que el equipo de Gallardo tendrá que ajustar detalles y potenciar su juego colectivo.

Históricamente, River ha sido uno de los clubes más destacados en la historia del fútbol sudamericano, con múltiples conquistas internacionales, incluyendo varias Copas Libertadores y Mundiales de Clubes.

La hinchada millonaria sueña con volver a levantar la copa, y este paso a cuartos es un jalón importante en ese camino. Aunque todavía hay aspectos a pulir, la clasificación en una noche tan difícil reafirma el espíritu competitivo del equipo y la capacidad de sus jugadores para sobreponerse a la adversidad.