El equipo de Marcelo Gallardo enfrenta una temporada difícil y sus posibilidades de ingresar a la Copa Libertadores 2026 se ven amenazadas, dependiendo de la suerte en los resultados del campeonato argentino y de Boca Juniors.
La campaña 2025 de River Plate ha sido, hasta ahora, una de las más complicadas en los últimos años, marcando un escenario muy por debajo de las expectativas que el mismo club había establecido en el inicio de la temporada.
El equipo dirigido por Marcelo Gallardo, considerado uno de los ídolos y estrategas más importantes en la historia reciente del club, ha participado en seis torneos diferentes durante el año, pero sorprendentemente no ha logrado obtener ninguna victoria significativa en ninguno de ellos.
Esta racha negativa ha desencadenado una crisis deportiva profunda, con cambios internos en la plantilla, incluyendo ventas de jugadores y depuraciones, siempre en línea con la visión del entrenador de mantener un equipo competitivo y con identidad.
A pesar de estos obstáculos, la temporada todavía no ha llegado a su fin, y el equipo todavía tiene algo que pelear en lo que resta del año. La principal preocupación de River en la actualidad es su clasificación para la Copa Libertadores 2026, el objetivo más importante a principio de temporada, que ahora está en serio riesgo debido a los resultados recientes y al bajo rendimiento general.
El club depende en gran medida del azar en el torneo local, ya que su clasificación final dependerá de las posiciones que ocupe en la tabla de clasificación al cierre del campeonato argentino.
El escenario más favorable para River sería que Boca Juniors, su archirrival y máximo competidor histórico, logre coronarse campeón del Torneo Clausura.
En ese caso, Boca liberaría un cupo para la próxima edición de la Copa Libertadores, permitiendo que los ‘Millonarios’ accedan a ese torneo a través de la posición que ocupen en la tabla.
De esta manera, River tendría una esperanza de asegurar un cupo en el máximo torneo continental, aunque su situación en la clasificación general del torneo local no es la mejor.
Este escenario de dependencia ha generado bastante preocupación entre los hinchas, quienes están polarizados en sus opiniones: unos expresan su deseo de que Boca gane el torneo y facilite la clasificación de River, mientras que otros estarían dispuestos a conformarse con participar en la Copa Sudamericana, un certamen internacional de menor prestigio y, por ende, con menor exposición mediática y económica.
Históricamente, River Plate ha sido uno de los clubes más destacados de Sudamérica, habiendo conquistado varias Copas Libertadores y múltiples títulos nacionales desde sus inicios en 1901.
Sin embargo, en los últimos años, su rendimiento internacional ha bajado, y la temporada 2024 fue especialmente dura, siendo eliminados en fases tempranas de competencias internacionales.
La incertidumbre de cara a la clasificación para 2026 ha hecho que esta temporada sea aún más crítica para el club.
En cuanto a cifras, la clasificación a la Copa Libertadores suele traducirse en beneficios económicos importantes. La participación en el torneo genera ingresos por derechos de televisión, premios y patrocinios. La última edición de la Libertadores en 2024 generó al club de Núñez carteras con ingresos estimados en más de 50 millones de dólares, equivalentes a aproximadamente 45 millones de euros.
La posibilidad de mantenerse en el torneo para la próxima temporada sería crucial para mantener la estabilidad financiera del club, además de asegurar la continuidad de su proyecto deportivo y la llegada de nuevos refuerzos.
En definitiva, River Plate ha atravesado temporadas complicadas en los últimos años, pero su afán por volver a conquistar glorias internacionales sigue vigente.
La suerte de su clasificación en 2025, ahora en manos de resultados externos y la decisión de Boca Juniors en un torneo que se ha vuelto decisivo, determinará su futuro en el escenario continental para 2026.
La esperanza de sus seguidores sigue viva, aunque el reloj corre y las decisiones deben tomarse con rapidez para enderezar el rumbo de cara a los desafíos que se aproximan.