En un partido sin goles, River Plate no logró aprovechar un penal ante Barcelona de Ecuador en el Estadio Monumental, vacío por una sanción.
River Plate, tras un prometedor comienzo en la Copa Libertadores al vencer a Universitario en Perú, buscaba reafirmar su liderazgo en el grupo enfrentando a Barcelona de Ecuador.
Sin embargo, el encuentro, celebrado en un Estadio Monumental vacío debido a una sanción impuesta por la Conmebol, terminó en un empate sin goles, lo que dejó un sabor amargo entre los hinchas del Millonario.
El partido comenzó con un acoso inmediato de River Plate, conocido por su capacidad ofensiva. En los primeros instantes del encuentro, específicamente antes de que se cumplieran los tres minutos, el arquero ecuatoriano José Contreras cometió una falta sobre Sebastián Driussi, lo que llevó al árbitro a señalar penal a favor de los locales.
Este penal generó incertidumbre sobre quién lo ejecutaría, dado que no había un lanzador fijo en el equipo.
La controversia surgió cuando, tras un pequeño intercambio entre jugadores, Franco Mastantuono colocó la pelota, pero no fue Montiel quien finalmente decidió patear.
En una conducta poco convencional, el defensor y también experimentado ejecutor de penales, cedió el tiro a Driussi, quien parecía ansioso por marcar.
A pesar de la potencia de su remate, Driussi se encontró con la oportuna reacción de Contreras, que logró desviar el balón hacia el córner, frustrando la oportunidad de abrir el marcador.
Gonzalo Montiel explicó después del partido la razón de su decisión: "Seba (Driussi) quería patear y bueno, se lo dejamos a él". Según sus declaraciones, la decisión se tomó en el instante y el contexto del partido, en el que Montiel sentía que no estaba en su mejor estado físico.
"También llegué un poco con lo justo, pero me fui sintiendo bien en la cancha y estoy muy contento por volver", agregó.
El empate dejó a River Plate con la sensación de que podría haber logrado más, ya que la intensidad y el dominio del juego fueron evidentes durante los 90 minutos.
Sin embargo, la falta de gol se convirtió en un factor decisivo que les impidió cosechar los tres puntos en su casa. Montiel, resaltando el desempeño del equipo, comentó: "Claramente dominamos, solo nos faltó el gol. Tenemos que seguir por este camino y mejorando".
Este resultado es un recordatorio de la importancia de la eficacia en el ataque, algo que River ha trabajado a lo largo de su historia, especialmente en competiciones como la Copa Libertadores, donde han tenido momentos de gloria, incluyendo su reciente victoria en 2018.
El equipo dirigido por Marcelo Gallardo, conocido por su filosofía de juego ofensiva, deberá reflexionar sobre los errores cometidos y corregirlos en los próximos partidos, donde buscarán recuperar el ritmo y la confianza que les ha caracterizado.
Mientras tanto, los hinchas esperan ansiosos la próxima fecha, donde el equipo deberá demostrar su esencia y aspirar a recuperar el liderazgo del grupo.