Marcelo Gallardo no pudo disimular su preocupación tras un nuevo empate de River Plate ante San Lorenzo, mientras enfrenta un inicio complicado en su regreso al equipo.
Marcelo Gallardo no mostró una actitud optimista en el Nuevo Gasómetro tras el partido contra San Lorenzo, donde River Plate empató sin goles en su primer clásico del año.
Además del desánimo que pueden causar los resultados de su equipo, el entrenador también tuvo que lidiar con un problema de salud, ya que estuvo al borde de la fiebre.
Esta situación lo llevó a no presentarse en la sala de conferencias después del encuentro, lo que añadió un tono más inquietante a la situación actual del conjunto millonario.
Desde su regreso al fútbol argentino, Gallardo ha dirigido un total de 21 encuentros en torneos locales, de los cuales solo ha conseguido la victoria en 8 ocasiones.
Resulta alarmante que en 7 de esos 21 partidos, River no logró marcar un solo gol. En la actualidad, el equipo ha anotado únicamente 8 tantos en total. Como visitante, la situación es aún más crítica: de los 11 partidos jugados fuera de casa, solo ha cosechado 3 triunfos, lo que representa 15 puntos de un total de 33 posibles, además de haber logrado anotar en solo 5 de esos encuentros.
Los números son preocupantes, y lo más alarmante para los hinchas es el juego del equipo, que no logra despegar en este inicio de temporada. Gallardo, que en el pasado pudo conformar un equipo competitivo y exitoso, ahora debe lidiar con un plantel que, aunque tiene buenos refuerzos, aún no ha encontrado su forma ideal.
El pasado año, cuando asumió el cargo, ya contaba con un grupo consolidado, pero en esta ocasión, la falta de eficacia en los partidos se ha visto reflejada en el desempeño del equipo en los últimos encuentros.
Es importante recordar que el conjunto dirigido por Gallardo tiene un largo historial de éxitos en el fútbol argentino y sudamericano. Bajo su tutela, River Plate ha vivido momentos de gloria, pero en este arranque del nuevo año, se siente la ansiedad de los aficionados que esperaban un mejor desempeño.
La reciente incorporación de refuerzos millonarios, cuyo costo superó los 50 millones de euros, genera expectativas, pero aún el proceso de adaptación al estilo de juego del entrenador requiere tiempo.
El director técnico sabe que debe encontrar la manera de optimizar el rendimiento del plantel para evitar que estos puntos perdidos se conviertan en una carga más pesada en el futuro.
El desafío no es solo ganar, sino también restaurar la confianza de un equipo que aspiraba a comenzar el año de la mejor manera posible. Por el momento, River Plate y su entrenador, Marcelo Gallardo, parecen tener un camino desafiante por delante, en la búsqueda de recuperar su identidad y competitividad.