Un polémico incidente en las divisiones infantiles de Newell's genera debate tras la suspensión de seis jugadores por una imagen con Ignacio Malcorra, figura de Rosario Central, en medio de amenazas y tensiones en el club rosarino.
Un confuso episodio ha generado revuelo en las categorías juveniles de Newell's Old Boys, en la ciudad de Rosario. La situación involucra la suspensión de seis niños de 9 años, tras una fotografía en la que aparecen junto a Ignacio Malcorra, jugador y referente de Rosario Central, uno de los rivales tradicionales del club local.
Este incidente, que ocurrió hace aproximadamente dos meses, tomó notoriedad pública durante esta semana, provocando debates sobre el manejo del club y la influencia de las redes sociales en las decisiones institucionales.
La imagen en cuestión fue tomada durante un torneo solidario en Funes, una localidad cercana a Rosario, en un encuentro en el que Malcorra participó junto a algunos jugadores en apoyo a una causa benéfica.
En ella, los niños aparecen con el futbolista, quienes representan a la escuela de fútbol 'Malvinas Argentinas', una de las principales canteras de la región y por la que pasaron figuras como Lionel Messi y Lionel Scaloni.
La fotografía se viralizó en redes sociales, generando reacciones variadas y, en algunos casos, provocando tensiones entre hinchas y clubes rivales.
Luego de la publicación, las autoridades del club decidieron tomar medidas que, en un principio, fueron interpretadas como una sanción. Los padres de los menores fueron convocados a una reunión en la que se les comunicó que sus hijos perderían la beca infantil y no podrían asistir a los entrenamientos.
La decisión generó rechazo, sobre todo porque contrastaba con el mensaje institucional del club, que promueve la igualdad y la camaradería, sumándose además a una historia de rivalidad histórica con Rosario Central.
El presidente del club, Ignacio Astore, aclaró que no se trató de un castigo ni de una medida disciplinaria, sino de una acción para defender a los niños y sus familias de amenazas y acosos recibidos en las redes sociales.
En declaraciones recientes, Astore explicó que algunos padres incluso estaban considerando retirar a sus hijos del club por miedo a agresiones físicas y verbales.
"No fue una sanción, sino una protección. La decisión fue consensuada con los padres, quienes estaban preocupados por la seguridad de sus hijos", afirmó.
Por su parte, Carlos Panciroli, director de la escuela 'Malvinas Argentinas' y ex arquero de Newell's, manifestó que la situación fue malinterpretada.
"Esa foto generó mucha tensión, y en estos tiempos, debemos tener cuidado con las decisiones que tomamos. La seguridad y el bienestar de los niños deben estar por encima de todo", dijo.
Sin embargo, la voz de los padres no fue unánime. Franco Núñez, padre de uno de los niños, expresó su desacuerdo con la versión oficial. En una entrevista, sostuvo que su hijo no recibió amenazas ni sanciones, y que la interpretación de la fotografía es errónea. "Mi hijo me preguntó qué hizo de malo. Es triste que una simple foto pueda generar tanto conflicto y que se quiera sancionar a unos niños por algo que no hicieron", manifestó.
Este episodio también ha puesto en cuestionamiento la relación entre política interna en el club y decisiones que afectan a los menores. La prensa local señala que el conflicto puede estar influenciado por el entorno político del club, que en los últimos meses ha atravesado una etapa de incertidumbre, con elecciones que aún no se han formalizado completamente.
Expertos en gestión deportiva advierten que estas decisiones deben manejarse con mayor sensibilidad, especialmente cuando se trata de menores y en un contexto de rivalidades históricas.
La historia del fútbol rosarino está marcada por enfrentamientos históricos entre Newell's y Rosario Central, que data de finales del siglo XIX, con una rivalidad conocida como el clásico rosarino, uno de los más apasionados del fútbol argentino.
Al cierre de esta nota, la discusión continúa, y el club ha anunciado una nueva reunión con los padres para buscar una solución que garantice la seguridad sin afectar la formación y el espíritu deportivo de los niños.
Mientras tanto, el incidente pone sobre la mesa las tensiones existentes en la gestión de las canteras infantiles y la influencia de las redes sociales en decisiones institucionales, en un escenario donde el fútbol infantil todavía busca consolidar valores de respeto y convivencia.